El Perú no puede parar

Habiendo procedido los Jurados Electorales Especiales de todo el país, a proclamar los resultados descentralizados de la segunda vuelta, incluidos aquellos donde se interpusieron recursos impugnativos, es cuestión de días para que finalmente el Jurado Nacional de Elecciones emita el acta final de proclamación que da como ganador al profesor Pedro Castillo y le otorguen las credenciales como nuevo presidente de la República 2021-2026, es cierto que por parte de Fuerza Popular se anuncia la apelación de determinadas actas de proclamación, pero para que éstas sean declaradas fundadas la única causal sería si el voto nulo o blanco, sumados o separados superen los 2/3 de los votos válidos, lo que difícilmente se sabe haya sucedido. Lo más seguro es que al no haberse accedido a la Auditoría Internacional del balotaje que pedían, los cuestionamientos se trasladarán al fuero del Parlamento vía comisiones investigadoras y, en su caso, la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales, eso está cantadazo.
Con todo, el país no puede parar, hay serios y graves problemas que atender, que no pueden quedar en pausa, en el limbo, el principal, la pandemia por el covid-19, que si bien la mortandad y niveles de contagio han descendido marcadamente, ya se prevé la llegada de una tercera ola en pocas semanas, lo que convierte en una cuestión de vida o muerte, en que en el ámbito preventivo se continúe “sostenidamente” con el proceso de vacunación a nivel nacional; por lo pronto la gestión saliente del presidente Sagasti ha confirmado que deja abastecido al país en materia de vacunas por todo el 2021, tiempo más que suficiente para que las nuevas autoridades replanteen o mejoren la estrategia de cómo enfrentar la crisis sanitaria.
También es imprescindible que el nuevo jefe del Estado tome acción para cerrar la brecha educativa principalmente en la “Educación Básica Regular”, generada por la carencia de servicios básicos como la electricidad y el internet, también la ausencia de televisores o radios en los hogares de pobreza y pobreza extrema de la serranía y parte de la Amazonía, que no les permitió siquiera “Aprender en casa” o en sus comunidades, lo que ha acarreado a los niños y adolescentes de esas zonas, el haber perdido en la práctica dos años de estudios.
Luego está el fortalecimiento o reingeniería de nuestro alicaído Sistema de Salud Pública, tema de “importancia alta” que no debe sufrir retardo por las cuitas de la clase política. Además, el Gobierno entrante en materia económica debe adoptar las decisiones más idóneas que no generen riesgo, especialmente “inflación”, para impulsar la generación de empleos y crear las oportunidades de desarrollo a fin de salir de la contracción económica que nos encontramos por efecto de los confinamientos y el manejo ineficiente al inicio de la pandemia. Todo esto de por sí es un chambón y no son los únicos problemas del Perú, pero ya es vital que se tomen decisiones, es para ayer.

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