El petróleo y el conflicto en Medio Oriente
Si reflexionamos desde el puro realismo político, poco o nada importará geopolíticamente el Medio Oriente. Estoy seguro de que sí, en cambio, desde una perspectiva histórica y cultural, que está fuera de toda discusión; de hecho, allí se encuentra la ciudad de Jerusalén, epicentro del judaísmo, cristianismo e islamismo, a la que llegan peregrinos de diversas partes del planeta. El Medio Oriente es relevante porque es la porción del globo en la que se encuentran las mayores cantidades de petróleo, que sigue siendo el mineral líquido —llamado el oro negro— de mayor demanda mundial, superando incluso a la ascendente demanda de litio en el planeta. De hecho, lo tienen los países de la península arábiga e Irán, principalmente. No es un secreto que, junto a la nación persa, será Arabia Saudita el país que lo cuenta en proporciones gigantescas, y ambos con Venezuela, en el mundo. Esta realidad es la que explica las razones por las que el Medio Oriente sea conflictivo como regla; sin embargo, el mundo advierte que, junto a esta evidencia geográfica que ha definido la realidad geopolítica de esta región, no cabe duda de que se superpone el poder político entre las diversas sociedades o naciones que viven en este espacio del mundo y de otros actores convencionales exógenos a esa parte del cosmos, como pasa con Estados Unidos de América, China, etc. De allí que, a la luz de todo lo que viene aconteciendo en esta parte del globo, el precio del petróleo, que no puede evadir el fenómeno de la especulación, ha comenzado a subir en el mercado internacional. La incertidumbre por lo que vaya a suceder con la reciente relación tormentosa al más grave nivel entre Israel e Irán es una completa caja de Pandora. Ante el ataque por misiles balísticos del régimen de los ayatolás, no se conoce hasta ahora la reacción del gobierno de Israel, que ha prometido una respuesta al ataque inferido. Esta es una circunstancia que ingresa en la dinámica de la economía internacional para ser dominada por la anotada especulación. No será un secreto que el precio del petróleo se dispare por las nubes si acaso comienza una etapa conflictiva de envergadura, si acaso los referidos actores convencionales ingresan en una etapa bélica. América Latina, y de esta región, países como Perú, deben actuar con contingencia ante la eventualidad de una guerra abierta en Medio Oriente. Sus efectos podrían ser devastadores. Estamos advertidos.
(*) Excanciller del Perú e Internacionalista
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