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El PJ y los maestros de la impunidad

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Fecha Publicación: 26/03/2024 - 22:50
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El Poder Judicial nos da golpes bajos todos los días, nada cambia. Las medidas cautelares siguen siendo la puerta falsa de los inmorales, de aquellos que interpretan la ley en su propio beneficio y que manipulan todo el aparato judicial para favorecerse. Los jueces con agallas, valientes, que no ceden un solo milímetro ante amenazas o el cargamontón de la prensa, son un bien escaso en el país; abundan aquellos que por miedo o conveniencia siempre toman la decisión más fácil o rentable y se lavan las manos. Así, sigue sumando la larga lista de funcionarios públicos que se creen intocables y que se rehúsan a rendir cuentas.

Indistintamente de que el actual Congreso esté integrado en su mayoría por gente indeseable que se protege de cualquier sanción y sobre los cuales pesan serios indicios de enriquecimiento ilícito, no deja de ser el primer poder del Estado porque nace de la voluntad popular. Un voto equivocado e ignorante les dio representatividad y poder. No lo merecían y viven embarrando la majestad del Parlamento, pero ello no cambia que tenga facultades exclusivas y excluyentes, como bien lo ha señalado el TC, especialmente aquellas de control político puro como la vacancia o, la inhabilitación o suspensión de funcionarios públicos por el máximo de 10 años o su destitución. Es indispensable que haga respetar sus fueros.

Las prerrogativas del Parlamento son independientes a la grandeza o pobreza moral de sus miembros, a pesar de que a la ciudadanía le cueste comprenderlo. El electorado debería asumir algún nivel de responsabilidad. Es sabido que ni el 10% recuerda el nombre y menos la cara de los candidatos que recibieron su voto. Por ello, es tan importante cambiar el sistema a uno de circunscripciones uninominales, como funciona en Estados Unidos y como lo está proponiendo Milei para Argentina. Este régimen le da más poder al votante y aunque esto en el Perú pueda resultar peligrosísimo, imposible que sea peor al actual, donde los zares de la política nos llenan de “niños” y “mochasueldos”.

La Primera Sala Constitucional de Lima (la misma que dejó sin efecto la suspensión de Rafael Vela Barba con una celeridad sorprendente) ordenó este último viernes la reposición inmediata de los inhabilitados miembros de la JNJ Inés Tello y Aldo Vásquez. La vergonzosa resolución judicial sostiene que “…la inhabilitación puso en peligro el sistema democrático y su funcionamiento en el Perú”, así como esgrime que una de las causas sería la discrepancia ideológica. Palabrería de estos jueces que no resiste el menor análisis; se han convertido en velados defensores de la impunidad.

Por su lado, el abogado de los ex inhabilitados salió con el pie en alto negando que sea una injerencia en la autonomía del Parlamento sino simplemente “un mecanismo de control jurídico”, cuando bien sabe que ese control tiene los límites que le ha impuesto el TC. Además, absoluta colaboración de los miembros remanentes de la JNJ. Demoraron todo el proceso de reposición para dar tiempo a Tello y Vásquez de obtener una medida cautelar. ¡Cómplices!

El Congreso ha advertido que no se quedará con los brazos cruzados y que demandará a los todopoderosos jueces por prevaricato. Sin embargo, insisto, ese 8 de marzo se debió remover a todos los miembros de la JNJ. En el Perú todo puede pasar, los hechos consumados no existen y aún no se aprende la lección.
Pero el Maestro de Maestros es Vizcarra. Muchísimas acusaciones lo persiguen, pero sigue libre y comunicativo. Normaliza sus delitos a través del TikTok. Pareciera que tuviera algún grado de locura, pero estoy segura de que está perfectamente cuerdo, y tiene clarísimas intenciones de volver a llegar a la presidencia. Es indispensable destruir su blindaje, neutralizar una eventual candidatura y que pague por sus interminables delitos.

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