El plan Marshall de Vizcarra
En plena cuarentena por la pandemia del Covid-19, el presidente Martín Vizcarra trata de improvisar sobre la marcha un plan de contingencia que evite un desastre social, ya que la calamidad en salud y en economía parecen inevitables. En cuanto a la reciente pérdida de S/ 20,000 millones del fondo de las AFP (cifras de la SBS), la ministra de Economía, Antonieta Alva, recomendó “paciencia” a los siete millones de afiliados. A su lado, el presidente no agregó ni chus ni mus.
La primera medida anunciada por Vizcarra es la promesa de entregar un bono de S/ 380 que beneficiará a tres millones de las familias más vulnerables, lo que asciende a S/ 1,170 millones.
Se espera que llegue a los peruanos que viven “el día a día” y no pueden cachuelar. Los informales -a los que habría que agregar la inmigración venezolana- esperan figurar en el misterioso SISFOH (Padrón del Sistema de Focalización de Hogares). ¿Serán todos los que están? ¿O no estarán todos los que son?
La segunda medida es la postergación por tres meses del pago del Impuesto a la Renta 2019 -que se iniciaba a fines de marzo- para las personas naturales y las empresas mypes que facturan hasta S/ 4,000 diarios. La tercera medida fue eliminar el pago del recibo de agua (Sedapal) del mes de marzo, que será prorrateado durante el lapso de un año. Las otras ciudades del país recibirían un beneficio similar.
Y aquí terminó lo más significativo. Ni los acordes de ‘I will survive’ de Gloria Gaynor han logrado calar en el corazón de 11 bancos -cuyas ganancias en el 2019 se elevaron a US$ 2,800 millones- para que reprogramen las obligaciones del mes de marzo, pese a que la propia SBS los ha autorizado a hacerlo hasta por seis meses, sin ninguna sanción o provisión. Las 235 mil familias deudoras de un crédito hipotecario siguen esperando expectantes. Ni que decir de los 3.7 millones de deudores de préstamos de consumo y los 6 millones de propietarios de tarjetas de crédito, cuyo plástico parece derretirse con el calor de este marzo pandémico.
Sólo el BCP ha anunciado una reprogramación para 35 mil clientes con deudas que ascienden a S/ 4,000 millones. Eso sí, con el respectivo aumento en los intereses. Jalisco nunca pierde. En el recibo de telefonía, hasta ahora solo existe la promesa que no habrá cortes por falta de pago. Al bisoño ministro de Transportes y Comunicaciones, Carlos Lozada, las empresas lo vienen enredando, pese que les ha planteado el Modelo de Sedapal: “prorratear el monto de mi recibo de marzo en los próximos 12 meses”.
En cuanto al recibo de luz, ni Luz del Sur, ni Enel, ni las distribuidoras eléctricas estatales en provincias han dicho “esta boca es mía”. En boca cerrada no entran moscas.