El poder lo detentan los caviares
Todos los caminos conducen a Roma. El centro de operaciones del verdadero poder político es la llamada Junta Nacional de Justicia JNJ. Un ente diabólico implantado por el miserable Vizcarra vía una forzada, por lo tanto espuria, reforma constitucional.
Analicemos las funciones constitucionales y funcionales de ese gigantesco símbolo de poder llamado Junta Nacional de Justicia. 1) Evaluar, nombrar, sancionar, destituir y/o ratificar a los jueces y fiscales (desde la primera instancia hasta la Corte Suprema); 2) Nombrar, sancionar y/o remover al jefe de la Oficina de Procesos Electorales ONPE; 3) Nombrar/sancionar/remover al jefe de Reniec. Además la JNJ maneja la presidencia del Jurado Nacional de Elecciones, pues la ocupa el delegado de la Suprema que ella controla. ¡Imagine amable lector, el exagerado poder que concentra la JNJ nombrando –y “controlando”- a quienes integran el poder Judicial, el Ministerio Público, el Jurado Nacional de Elecciones, ONPE y Reniec! Es un apabullante dominio, una excesiva preponderancia, una riesgosa supremacía que un Estado tan mamarrachento como es el peruano –debido a la inmadurez mental de la mayoría que lo integra- nombre a siete todopoderosos para manejar el destino de 32 millones de peruanos. Siete individuos, designados por “concurso público”, realizado por una “Comisión Especial” conformada por el Defensor del Pueblo, quien la preside; el Presidente del Poder Judicial; el Fiscal de la Nación; el Presidente del Tribunal Constitucional; el Contralor General de la República; un rector elegido en votación por los rectores de las universidades públicas licenciadas con más de cincuenta años de antigüedad; y un rector elegido en votación por los rectores de las universidades privadas licenciadas con más de cincuenta años de antigüedad. A primera vista pasa.
Aunque en la práctica, en un país desvencijado y corrompido; además controlado por una cúpula de poder manejada por la voraz “mafia caviar” (incrustada en todo el Estado por un corrupto apellidado Toledo, a cambio de que le encumbrasen en la presidencia), esa “Comisión Especial”, repetimos, que digita a quienes integran la Junta Nacional de Justicia, viene a ser la mano negra de aquella camorra caviar que persevera en continuar dominando nuestra nación, a través de un grupo de oenegés que actúan de pantalla. Y a lo largo de estas dos décadas, desde que los caviares secuestraron el poder, es evidente que el resultado es el permanente hundimiento de nuestra nación, al extremo que ahora se encuentra muy próxima a ser convertida en condominio cubano.
Hoy, en lugar de seis miembros, la Junta Permanente de Fiscales tiene dos. Uno de ellos es la fiscal Zoraida Ávalos. El largo historial de graves omisiones/sospechas que penden sobre ella podría hacer que el Congreso acuerde su remoción. ¿Acaso Ávalos ha investigado a Pedro Castillo y/o a Martín Vizcarra por los innumerables indicios de corrupción que arrastran? ¡No! Y ¿acaso la JNE ha elegido a los reemplazantes de cuatro fiscales supremos que ha destituido, hallándose incompleta hace más de un año la Junta Permanente contraviniendo la Constitución? ¡No! ¿Quién está detrás de todo este desgobierno? ¿El IDL? ¿Hasta cuándo?
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