El poder sin poder
Aparentemente el título del artículo suena contradictorio pero en el fondo no lo es; muchas personas, el Estado, la sociedad civil, les han otorgado facultades de tomar decisiones en los diferentes ámbitos en la sociedad, como es la administración pública y privada.
Pero lo más importante y relevante es si esa persona a quien se le ha otorgado poder reúne las condiciones psicológicas e intelectuales para serlo. Porque la realidad es otra, muchas veces el poder ciega, lo vuelve omnipotente, autoritario, inflexible, presenta una incapacidad de ubicarse en el lugar de la otra persona, su razonamiento rígido no le permite pensar, como se dice mira el árbol pero no ve el bosque; y esta actitud tiene como consecuencia muchos riesgos y en algunas circunstancias irreparables por haber tomado decisiones injustas.
Sí nos ponemos a pensar por qué las personas son así, el cargo les ha quedado con una valla muy alta y aún teniendo la preparación necesaria no saben tomar las decisiones más correctas y se juzga a la persona por los resultados, como se diría en salud, algunos profesionales solamente se preocupan en el síntoma pero no realizan un examen clínico integral. Igual sucede cuando se resuelven conflictos, problemas y debemos tomar la mejor decisión. Pero la pregunta que sale a relucir frente a un resultado esquivo de la persona, la pregunta es: ¿cómo ha construido su personalidad?, y la respuesta es que estos seres humanos poseen un mundo interior resquebrajado, no aprendieron la humildad, nobleza de espíritu, y lo que es más grave, nunca fueron valorados, por lo tanto no saben darle el valor exacto a las personas y el poder que se les otorga obnubila sus mentes, incurriendo en muchos desaciertos, hasta inclusive hacer daño por carecer de sentido común.
En todos los tiempos y más ahora la política prevalece al derecho, la autoridad prefiere politizar sus decisiones que aplicar el derecho, sin darle la razón a quien la tiene a cambio de mantenerse en el lugar donde se encuentran, olvidándose lo que aprendieron con la razón e inaplicando el sentido humano del debe ser simplemente por satisfacer su statu quo.
He conocido autoridades que han dejado de serlo porque cumplieron su ciclo y se encuentran como el común ciudadano de a pie, viviendo de los recuerdos del poder que tuvieron en algún momento de su existencia, ahora se encuentran como asustados como si hubieran hecho algo malo, la voz autoritaria se ha convertido en sumisa, comprensiva, tolerante y hasta temblorosa; y si analizamos su conducta toda la vida fueron así, lo que sucede es que el poder los empoderó adoptando una aparente personalidad que nunca tuvieron. Ahora buscan a terceras personas para que intervengan en sus intereses propios, caminan por las calles zigzagueando el paso por las inseguridades que sienten y no son capaces de alzar sus voces de protesta por las injusticias que ellos antes cometían.
La vida es una ruleta, un día estás arriba y otro abajo, pero hay que estar preparados y condicionados para asumir cualquier escenario que les toca vivir, la vida es una constante de retos, si huyes y te escondes no lograrás nada, pero si los afrontas y buscas soluciones encontrarás el equilibrio en sus vidas emocionales, por eso deben preocuparse de construir una personalidad fuerte, combativa y que no se amilane cuando la marea del mar se encuentra alta, todo depende de ustedes.
