El “Pollo” y “El Mayo”, desnudando la cleptocracia en Latinoamérica
El 25 de junio último, Hugo Armando Carvajal Barrios, alias “El Pollo”, se declaró culpable de delitos de narcotráfico, narcoterrorismo y tráfico de armas, ante una corte federal de los Estados Unidos. Dos meses después, el 25 de agosto, Ismael Mario Zambada García, alias “El Mayo”, igualmente se autoinculpó de cargos federales relacionados con tráfico de drogas y conducción de una empresa criminal organizada, ante la Corte Federal del Distrito Este de Nueva York. Todavía no se mide el impacto de estos hechos, considerando que Hugo “El Pollo” Carvajal fue jefe de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) de Venezuela por más de siete años, durante los gobiernos de Hugo Chávez (2004-2011) y Nicolás Maduro (2013-2014), y que Ismael “El Mayo” Zambada fue el fundador y cabecilla del Cártel de Sinaloa, actuando con impunidad desde 1969.
Las declaraciones de “El Mayo” desmienten décadas de negación oficial y confirman la existencia de una red de corrupción sistémica que trascendió partidos políticos y administraciones. Manifestó que su imperio criminal fue el resultado de un “engranaje de corrupción gubernamental” que lo protegió durante más de medio siglo, en una continuidad en la que no importaron los colores políticos, pues también financió campañas. Esta protección le permitió ampliar su influencia en países de América Latina como Guatemala, El Salvador, Honduras, Venezuela, Colombia y Panamá, donde las autoridades facilitaron que se convirtieran en bases de operaciones del Cártel de Sinaloa.
Igual de reveladoras resultan las manifestaciones del “Pollo” y otros testigos colaboradores, que permitieron que las autoridades norteamericanas declaren a Nicolás Maduro como cabecilla del Cártel de los Soles y sostengan que Venezuela “está gobernada por una organización de narcotráfico”. También afirmaron que Cuba merece integrar la lista de países patrocinadores del terrorismo. Además, existen otras declaraciones que, por su carácter e ideología, cobran particular importancia en la región.
En 2021, mediante un escrito dirigido al juez de la Audiencia Nacional de España, Manuel García-Castellón, el “Pollo” detalló que el régimen chavista “ha financiado ilegalmente movimientos políticos de izquierda en el mundo durante al menos 15 años”. Señaló que, mientras fue director de Inteligencia y Contrainteligencia Militar de Venezuela, recibió numerosos reportes sobre este financiamiento internacional. Citó como ejemplos a gobiernos y organizaciones progresistas de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Paraguay, Perú, Honduras, Italia y España.
Lo descrito, sumado a la entrega de pruebas y testimonios de cabecillas del TID extraditados desde varios países, refuerza estas acusaciones. De México: Joaquín “El Chapo” Guzmán, Dámaso López Núñez “El Licenciado”; de Honduras: el expresidente Juan Orlando Hernández (2014-2022), el exministro de Seguridad Juan Carlos Bonilla, René Javier Santos “El Pintor”; de Colombia: Fredy Acosta “El Señor”, Jesús Ruiz, jefe de la banda “La Cordillera”; y de Ecuador: José Adolfo Macías Villamar, “Fito”, cabecilla de Los Choneros, entre otros.
Se trata solo de algunos de casi un centenar de extraditados por TID. Estos testimonios permiten legitimar acciones contra organizaciones criminales declaradas como terroristas y establecer sus nexos con las FARC, sus disidencias y el Ejército de Liberación Nacional (ELN). A nivel internacional, vinculan también a Hezbolá, Hamás y ETA, involucrando a Irán y España.
Todo apunta a que la eventual caída del régimen venezolano arrastraría a países de origen de los cárteles y a aquellos que facilitaron esta red criminal, cuyo objetivo no es solo impulsar actividades ilícitas, sino también proyectos ideológicos y el terrorismo internacional.
Por Calm ® Aníbal Cueva López
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