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El Presidente en la ONU

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Fecha Publicación: 26/09/2022 - 22:45
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La última presentación del presidente Castillo en la ONU ha sido mucho mejor que en las anteriores, pero se victimizó sosteniendo que el Congreso y la derecha no lo dejan gobernar, esto no es positivo ya que en estas presentaciones tiene que fluir el liderazgo como presidente del Perú.

Pero en las reuniones sostenidas con empresarios extranjeros en Nueva York fue deficiente y enredado, se presentó sin cifras que precisen la fortaleza de nuestra economía, sin los índices de pobreza ni información de los proyectos que les podrían interesar desarrollar.

De acuerdo a los videos que circulan de estas reuniones, se ve al Presidente dramatizando y repetitivo, describiendo un lamentable acontecimiento que podría suceder en cualquier país, referido a un padre pobre que con esfuerzo compra un tamborcito para que su hija menor pueda bailar en los ómnibus logrando llevar un pan a su hogar en el que se produce un incendio de madrugada, destruyéndolo al igual que el tambor.

Se asume que este ejemplo describiría nuestra pobreza, sin indicar las inversiones ni acciones necesarias para revertir esta situación. De forma inoportuna asegura que lo acusan injustamente de corrupto afirmando negativamente que todos los estamentos del Estado están invadidos de corrupción y a pesar de esta situación los invita a invertir, obviamente genera una reacción contraria, ya que es muy difícil invertir en un país corrupto.
Es una lástima que esta invitación a invertir no sea efectiva, ya que nuestro país para desarrollarse, generar puestos de trabajo y bajar la pobreza indiscutiblemente necesita inversiones, que en paralelo mejoraren nuestra débil infraestructura (agua, alcantarillado, carreteras, etc.)

Actualmente apreciamos infraestructuras importantes avanzando, como el puerto de Chancay inversión Peruana – China (Volcan) que llegará a los 3 mil millones de dólares, descongestionando el puerto del Callao y exportar 100 mil contenedores anuales, dando trabajo directo e indirecto a 7,500 peruanos.

Entre otras obras de importancia que se realizan lentamente en Lima está la construcción del tren subterráneo partiendo del óvalo de Santa Anita al Callao, pero ya lleva cerca de 6 años y hasta ahora no se logra operar ningún tramo y además no se vislumbra el inicio de las otras dos líneas que movilizarán a 2 o 3 millones de pasajeros descongestionando el asfixiante tráfico existente; esperemos que las nuevas autoridades municipales puedan impulsarlo.

Es lamentable que sigan paralizadas las importantes obras de Chavimochic y Majes que permitirían ampliar el área agrícola e incrementar el trabajo, así como la necesaria carretera al centro andino y muchas obras que acompañarían el espíritu emprendedor de los empresarios. Siguiendo el ejemplo que el Ing. Emilio Guimoye emprendió hace años en la lejana Bagua, los amplios sembríos de caña o palma aceitera en la selva y obviamente los últimos desarrollos agrícolas que han logrado exportaciones por 9 mil millones de dólares y generando un millón de puestos de trabajo, hace 20 años solo se exportaba 700 mil.

Finalmente, el Gobierno debe convencerse de que las inversiones son indispensables para el desarrollo con trabajo y sin pobreza. En los próximos viajes el Presidente debe llevar planteamientos concretos y reiterar las invitaciones para invertir en el país, además localmente destrabar los proyectos mineros y agrícolas.

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