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El Presidente solo debe presidir

Fecha Publicación: 01/07/2019 - 21:50
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Haya de la Torre sostenía que debía despresidencializarse la presidencia en el Perú. Lo curioso era que lo sostuviera un líder continental de su magnitud. Haya no necesitaba de textos constitucionales para ser hipotéticamente el jefe de Estado en toda su dimensión. Víctor Raúl fue víctima de las dictaduras desde 1933 hasta 1945 en que las pasó en las catacumbas. Tiene que venir hoy una asamblea constituyente plenipotenciaria para rearquitecturar el Estado peruano. Tendremos que volver a los dos Cámaras, Senadores y Diputados, y en lo que respecta al Poder Ejecutivo, privarlo de la magnitud presidencialista. El jefe de Estado debe ser el líder de la Nación por ser un caudillo. Pero no porque lo diga la ley de leyes. Hemos visto en estos días los ademanes verbales de quien ejerce la presidencia. Tiene poderes porque le son atribuidos por la Constitución, pero no por sus condiciones personales. En el siglo XX en política, dentro y fuera del poder solo ha habido dos líderes: Víctor Raúl Haya de la Torre, sin cargo alguno, y Fernando Belaunde Terry presidente dos veces. Ambos han muerto, pero Haya sigue siendo un mito, una leyenda. Pese a no haber ejercitado la presidencia de la que fue privado dos veces por fraude, en 1962 y en 1963. En pocas semanas comprobadas antaño la hipertrofia presidencial por ejemplo un PPK tenía pintorescas frases pro delictivas como “estoy dispuesto a aceptar un poquito de contrabando”. Es decir que el jefe de Estado incitaba a perpetrar delitos. Inconcebible. Pero es así. Y eso me lleva a pensar que el Perú debe ir inmediatamente a una asamblea constituyente, principalmente para reformar el Poder Ejecutivo. El Presidente debe ser un instrumento del Parlamento. El eslogan será: despresidencialicemos la presidencia de la República y parlamentalicemos el sistema. Los fundadores de la independencia en 1822 establecieron un consejo de gobierno como jefatura del Estado; la capitaneó inicialmente La Mar; desgraciadamente terció Riva Agüero y se introdujo subrepticiamente la omnímoda presidencia de la República. El general Gamarra, muerto cruentamente en Ingavi, fue la expresión más preclara de la presidencialitis; y su mejor expresión fue la presidencia de Ramón Castilla en 1845 y de Nicolás de Piérola en 1880 y 1895. Las presidencias a lo largo del siglo XX fueron autocráticas. Allí tenemos la lista: Romaña, Candamo, Calderón, Billinghurst, Benavides, Leguía, Sánchez Cerro, Prado, etc. ¿Solución? Despresidencializar la presidencia de la República.