El principio de no devolución violado por el expresidente Lenin Moreno en el caso Assange
Por estos días, el australiano, Julian Assange, enfrenta un proceso de extradición desde el Reino Unido hacia los Estados Unidos de América por el caso de la filtración y difusión de información clasificada de Washington. Mi columna no valora si es justo o injusto dicho proceso, que por lo demás, se encuentra en manos de la justicia londinense, sino que, se retrotrae exclusivamente al momento en que Assange, que obtuvo asilo 2010, por acto soberano de la República de Ecuador –gobernaba Rafael Correa–, una vez que fuera levantado dicho derecho, en 2019, durante el mandato de Lenin Moreno, el protagonista del famoso caso de wikileaks, fue entregado a la justicia de Londres, que ingresó en la embajada ecuatoriana en esa ciudad para detenerlo y conducirlo por la fuerza dado que el asilado se resistió a dejar el recinto diplomático consagrado como inviolable conforme la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961. Será conveniente recordar que, cuando un Estado decide retirar la condición de asilado a quien mereció dicha protección diplomática eminentemente protectora, JAMÁS deberán entregarlo al Estado persecutor (Reino Unido).
Hacerlo consuma una flagrante violación del pétreo Principio de No Devolución. Debió ser todo lo contrario, lo que por supuesto nunca pasó en el caso que comentamos. Lo correcto, de acuerdo con el derecho internacional, era que debió esperarse que el protegido Assange negocie con otro Estado la aceptación para ingresar en su legación diplomática. Entregarlo y arrastrado a la boca del lobo, como finalmente se hizo, violentó principios básicos de los derechos humanos e impactó contra la mayor prohibición de la extradición, esto es, que JAMÁS debe extraditarse a un detenido si la sanción por la que podría ser juzgado es la pena de muerte. Ecuador ni su presidente en ese momento (Moreno) como ahora (Daniel Noboa), están en condiciones de asegurar que Londres no extraditará a Assange a Washington, lo que tampoco valoramos porque no entramos en ese juicio de valor; sin embargo, como internacionalista, debo ser enfático en que jurídicamente nunca debió producirse dicha devolución. Fue un grave acto político de Lenin Moreno que se trajo abajo la institución del Asilo que América Latina con creces lo cuenta como uno de sus más grandes aportes al Derecho Político y al Derecho Internacional. Es verdad que Ecuador –reitero– es soberano para conceder asilo y también para retirarlo, pero también lo es que la costumbre tiene mucha fuerza en el derecho internacional; además, no se discute en la doctrina del Derecho de Asilo que el protegido abandone la Misión diplomática cuando han cesado las amenazas y/o el acto persecutorio que motivaron el asilo. Si acaso Assange es extraditado pesará políticamente sobre Lenin Moreno si la consecuencia de su juzgamiento en Estados Unidos sea la aplicación de la pena de muerte. Veremos qué pasa.
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