(El problema) “es Castillo, estúpido”
Por inexperiencia (otorgándoles el beneficio de la duda); intereses subalternos (dinero de por medio, mediante obras para sus circunscripciones, familiares contratados por el gobierno o lo que fuere); por mala entraña; o porque comulgan ideológicamente con la pareja Cerrón/Castillo, en lo que va de estos ocho meses como padres de la patria los 130 congresistas –que escogió la ciudadanía en función al credo de las agrupaciones políticas por las que postularon- han desbarrado de manera muy aparatosa. Aparte de peligrosísima. ¿Razón? Porque no han conseguido articular una plataforma mínima de concordancia entre las responsabilidades que tiene consigo el Parlamento y la enorme crisis sociopolítica, económica, moral -y existencial- por la que atraviesa la patria. Más propiamente, desde la proclamación del actual mandatario. La calidad de vida en el Perú ha pegado un bandazo colosal, colocando a los ciudadanos –ricos y pobres- en un rincón de angustia, rodeados de frustraciones y desesperanza.
Por cierto, todos los indicadores macroeconómicos apuntan al sur; mientras que en palacio de gobierno dilapidan las magras reservas que logró acopiar el Estado, despilfarrándolas en bonos por los conceptos más extravagantes. ¡Definitivamente, la confianza ha desaparecido entre los inversionistas peruanos y extranjeros! Por tanto cae por sí misma esa falacia de Pedro Castillo al decir lo contrario, poniendo como ejemplo a la inversión extranjera que corresponde a la construcción del megapuerto de Chancay. Porque en ese caso, el inversionista es una empresa pública de la China comunista que cuenta con todas las garantías oficiales, asociada a algunos peruanos. Contrario a lo que le sucede a los inversionistas comunes, que arriesgan su patrimonio sin garantía. Mientras tanto, las inversiones privadas permanecerán prácticamente congeladas en el Perú.
Regresemos al poder Legislativo. Su conducta es patética porque soslaya la extrema gravedad de la crisis nacional. En vez de ver el árbol mira el bosque de problemas que ahoga al Perú. No comprende que la coyuntura ya sobrepasó aquello de definir si el Congreso Nacional le dé o no su confianza al gabinete Torres. ¡Qué más da, si quien corta el jamón es el gobierno en la sombra que manejan coludidos Castillo/Cerrón! ¡El premier Aníbal Torres y su gabinete hoy son una entelequia! Parafraseando a James Carville, brillante asesor de Bill Clinton, (el problema) “es Pedro Castillo, estúpido”.
El Parlamento sólo sofocará esta terrible hecatombe que tenemos al frente poniéndole fin a este gobierno letal, recurriendo a la Constitución bien para aplicar el legítimo recurso de la vacancia presidencial, o vía una denuncia constitucional. ¡La suerte está echada, señores de Acción Popular, Podemos, Alianza para el Progreso! ¡Pero tengan sumo cuidado! Porque si tras las dudas y canonjías; los acomodos y trapicheos de algunos parlamentarios de sus bancadas, supuestamente de oposición, existiese a cambio una “contrapartida” del régimen comunista/senderista para que dichos parlamentarios decidan NO vacar a Castillo, dejándole instalar una cleptocracia comunista, entonces ustedes habrán traicionado alevosamente al Perú.
Reflexionen por su familia. ¡La vergüenza que cargarían sus herederos si sus apellidos quedasen identificados como peruanos desleales! ¡Decídanse! ¡Vacancia o Acusación Constitucional!
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