El problema se llama Pedro Castillo
Cuatro gabinetes ministeriales en seis meses. ¡Probablemente todo un récord mundial! Otro baldón para el Perú, cortesía de este iletrado y presumido “maestro” Castillo, que se suma a un universo de barbaridades perpetradas por este irresponsable aspirante a ser el mandatario de una nación con 32 millones de cada vez más sufridos habitantes. A qué extremo de caos habrán llegado las cosas que, por primera vez en la historia, se ha escuchado a varios ministros en ejercicio demandar la renuncia de un premier. Asimismo, transcurrieron varios días sin que esta nación contase con un gabinete ministerial, lo cual ha impedido que el gobernante gestione, como corresponde, una nación en crisis. La informalidad se ha multiplicado. Cada anuncio de nuevo gabinete ha significado un ejemplo fresco de esta tara. A la ciudadanía la tuvieron cuatro días esperando que el presidente anunciase un recompuesto gabinete, y luego varias horas ya vencido el horario dispuesto para el juramento. Esto además de soportar atónita las denuncias de la ex primera ministra Vásquez y del ex secretario general de Palacio, confirmando aquella rumorología que, desde su primer día como mandatario, Castillo ha gobernado (¿o sigue?) con un subrepticio directorio de asesores, por encima del gabinete ministerial que ordena la Carta Magna, deslegitimándose así el Estado de derecho y nuestro sistema democrático.
Por si fuera insuficiente, entre quienes han constituido los tres primeros gabinetes ha habido más de un prontuariado, investigado y/o cuestionado, fuera de gente absolutamente impresentable, sin la menor calificación para ejercer estos cargos. Como cereza sobre la crema, aparece la autorización del presidente Castillo al expremier Valer, para que, dos días después de haber jurado, asista al Congreso a presentar un inexistente “programa de gobierno”. Por lo demás, tenemos la declaratoria de guerra al Congreso de la República planteada por el mismo Valer, manifestando ser él “una bala de plata que servirá al presidente Castillo para clausurar el Parlamento”. Soterrada iniciativa de un golpe de Estado nunca negada por Pedro Castillo, convirtiéndolo en coautor de la misma. En síntesis, asistimos a una comedia convertida en tragedia orquestada por un sujeto que declarara ante la prensa extranjera “no se cómo gobernar”, tras reconocer haberle ofrecido a Bolivia entregarle territorio peruano “para que salga al mar. ¡Porque es lo que quiere el pueblo boliviano!” Quien reúne semejante relación de baldones no puede ni debe ser presidente, amable lector. ¡Aunque una mayoría parlamentaria considerase lo contrario! En consecuencia oportunamente estos legisladores deben ser juzgados con severidad, como cómplices de múltiples desconsideraciones hacia la ciudadanía; además de por haber incurrido en graves delitos, incluidos violar la Constitución y traicionar a la patria.
Es manifiesto entonces que a Pedro Castillo Terrones le interesa un rábano el Perú, ya que promete regalarle territorio nuestro a los bolivianos. Pero además, sus objetivos sí los tiene clarísimos. Cerrar el Legislativo y convocar a una asamblea constituyente, de acuerdo al libreto preparado por La Habana para replicar acá el desastre venezolano a través de la declaratoria de una “República plurinacional peruana”. ¡Vacancia ya!
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter e Instagram, y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.