El remedio para los grandes errores es tomar las cosas con calma
Cuán importante y trascendente es ver los acontecimientos humanos en una forma horizontal y no vertical, que permita a las personas analizar los pros y los contras, en el momento de tomar decisiones y preguntarnos si con esa actitud vamos a resolver las incidencias que se presentan en la vida cotidiana o vamos a empeorar las cosas o son soluciones paliativas, que a la larga no damos ninguna solución.
Conozco el caso de un padre de familia con siete hijos, los cuatro primeros los pudo educar en el extranjero y los tres últimos se educaron en su país de origen, la educación importaba la manutención y un presupuesto, que le permitiera cumplir con todas las obligaciones, la madre no trabajaba, se dedicaba a los quehaceres de la casa, el pago de las empleadas, las obligaciones económicas que tenía que honrar los fines de mes, el pago de los colegios, la vida social, los gastos extras e imprevistos que nunca faltan y él era el único sostén de la familia y su gran error fue el no hacerlos trabajar a los hijos desde chicos, para que supieran el valor del trabajo, el esfuerzo y la recompensa económica, bueno pues, los hizo dependientes, pensando los hijos, que el padre les iba a resolver todo a cambio de nada, porque con el transcurrir del tiempo, en lugar de valorar al padre, se volvieron poco afectivos, soberbios, orgullosos y nunca le dieron al hombre que los engendro el lugar que les correspondía.
Este padre con una esposa e hijos sin calor humano era para volverse loco de la noche a la mañana, sin embargo, reconoció sus errores de haberse unido a una mujer dependiente e hijos inútiles, lo único que solían hacer es pedirle dinero al padre, sin ninguna gratificación espiritual. El padre pudo tener una relación paralela, distraer su vida en otras cosas, hacer que los hijos se retiren del hogar y hagan su vida. Pero tomó las cosas con calma y corrigió su error, confrontando a los hijos, que resolvieran sus propios problemas y que no contaran con él para nada; y así fue, cuando llegó la hora de partir al oriente eterno había comprado su tumba y la de su esposa y pagado la capilla ardiente, sin pedirle a los hijos un centavo y ahora descansa en paz, gozando de la gloria del gran arquitecto del universo.
En cualquier dificultad o error que se encuentre el ser humano, no debe actuar precipitadamente, todo lo contrario, debe ser paciente, tolerante, juicioso, asertivo, escuchar otros puntos de vista o dejar las cosas para el día siguiente para pensar mejor con una mente tranquila.
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