El retrato de una sociedad ignorante y engañada
El vacado expresidente Martín Vizcarra tuvo el tremendo desparpajo de registrar para la posteridad su inoculación contra el coronavirus con el antídoto de Pfizer, a pesar de que anteriormente había recibido irregularmente dos dosis del suero chino, que, como ya es evidente a estas alturas por el caso de Bahréin, no sirve como quisiéramos (y menos aún para las nuevas variantes). Vizcarra posó junto a algunos profesionales de la salud, que no dudaron en tomarse una foto con el personaje de la peor gestión pandémica del mundo, que ha dejado miles de peruanos muertos y quebrado la economía a consecuencia del encierro total. Si este personal no es ignorante, debe ser víctima de alguna patología, pues de otra forma no se entiende cómo alguien dentro de sus cabales sería capaz de tremenda estupidez.
El programa ‘Beto A Saber’ reveló que Martín Vizcarra y otros de sus exfuncionarios, como la nefasta Pilar Mazzetti, se vacunó de forma subrepticia con el antídoto de Sinopharm, lo que ha sido denominado como el caso ‘Vacunagate’. Lo peor de todo es que -y ha tenido que admitirlo el caviar Francisco Sagasti- Vizcarra no adquirió ni una sola vacuna, pues no cerró contrato alguno. Esta situación le costó a Vizcarra la inhabilitación por 10 años para ejercer cualquier función pública, quedando frustrada su intentona de llegar al Congreso de la República para conseguir impunidad. ¿No sabían, acaso, los de la imagen de este escándalo?
Esta idiotez, para ser demasiado benévolos, podría ser producto del engaño de la prensa oficialista: esa que sobrevive gracias a la publicidad estatal y que le celebró al exgobernador moqueguano todos y cada uno de sus caprichos, como esas fallidas reformas políticas y judiciales, que han atizado la actual crisis política. ¿Cómo es posible que se haya eliminado la reelección parlamentaria o que el Partido Morado tenga representantes en el Congreso, a pesar de que ha perdido la inscripción? Para cumplir con su adulonería remunerada, por supuesto, las guaripoleras hicieron añicos a la oposición, de mayoría fujimorista, que, después de cierto belicoso papel en la gestión de PPK, pasó a ser sumisa por miedo a los periodicazos.
Y si hablamos de alguna enfermedad de los necios posantes, que pertenecen, por cierto, a EsSalud, podría hablarse del síndrome de Estocolmo. El todopoderoso Martín Vizcarra metió las garras en todos los poderes del Estado y los infestó: muestra de ello es que es el único investigado por la Fiscalía por corrupción (caso coimas de empresas del ‘Club de la Construcción’ por obras públicas) en libertad. Quizás este personal médico cree que está donde está en el Estado por el reptil y que le deben todo a su héroe secuestrador. O tal vez extrañan su programa ‘Aló Vizcarra’ del mediodía. No hay otra razón porque no podemos enumerar ninguna obra durante su mandato.
Lo único cierto es que esta foto demuestra que la autoestima (¿y la inteligencia?) de los peruanos anda por los suelos. ¿Será que esta sociedad merece a la propuesta comunista en el poder? Quiero pensar que no, pero me cuesta mucho.
Para más información, adquiere nuestra versión impresa o suscríbete a nuestra versión digital AQUÍ.
Puedes encontrar más contenido como este siguiéndonos en nuestras redes sociales de Facebook, Twitter e Instagram.