El sentido común es anticaviar

A propósito del grosero error de Rafael Belaunde Llosa, candidato presidencial y líder de Libertad Popular, de reunirse con el policía político Harvey Colchado y su padrino caviar, Gino Costa, con miras a la postulación del cuestionado exjefe de la Diviac al Congreso en las elecciones del 2026 (¿acaso el buen Belaúnde Llosa se ha convertido, finalmente, en la marioneta del odiador profesional Pedro Cateriano?), es importante advertir que la ideología woke está en declive en el mundo, pues lo que prima ahora es el sentido común.
Y es que el sentido común es básicamente anticaviar, porque nadie con dos dedos de frente podría estar de acuerdo en que la autopercepción esté por encima del sexo biológico o que se impulse el movimiento LGTB entre menores de edad, como, en su momento, pretendió hacer Disney, provocando que la empresa del ratón perdiera millones de dólares (go woke, go broke).
Tampoco alguien sensato respaldaría que existan parásitos prendidos de la ubre del Estado, que sobreviven gracias a innecesarias consultorías financiadas con dinero de todos los contribuyentes peruanos —que debería ser usado en seguridad, educación o salud— o con propinas de los Estados Unidos, a través del, felizmente, casi extinto USAID, con las cuales impulsan una agenda verde antiminera y multicolor.
La actual ola conservadora mundial es una reacción natural al caviaraje, que avala que el Estado sea tan grande que pueda, incluso, meterse en las camas de los niños, a quienes, con una vileza sin parangón, les facilita que se cambien de sexo con consecuencias irreversibles.
Durante su largo paso por la Diviac, Colchado jamás desarticuló una verdadera organización criminal, como las que ahora padecemos a diario producto del ingreso indiscriminado de delincuentes venezolanos al país, sino que se dedicó a perseguir a sus enemigos políticos; es decir, a Keiko Fujimori y Alan García, quien trágicamente acabó con su vida para evitar ser apresado preliminarmente tras el “cerco” caviar del que fue víctima.
A Costa, por su parte, le apesta que no existan policías heridos, y es uno de esos tantos rojos de cafetín que apuestan por municipalizar la Policía Nacional, en vez de fortalecer la institución tanto política como presupuestalmente, para evitar que algún efectivo termine preso por abatir a un facineroso. Además, Gino Costa es uno de los promotores del golpe de Estado que asestó el ‘Lagarto’ Martín Vizcarra al cerrar el Parlamento en el año 2019 de manera inconstitucional.
Por tanto, lamentablemente, auguro que, si Rafael Belaúnde Llosa postula a la Presidencia, obtendrá, a lo sumo, el mismo 2% que alcanzó el morado Julio Guzmán en los últimos comicios. Y eso porque los caviares pueden tener mucha influencia y poder en redes sociales, pero, en unas elecciones limpias, no le ganan a nadie, ni siquiera a un panetón (¡y así tienen el descaro de burlarse de Keiko!).

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