El silencio. Común denominador del Gobierno y Pacheco

El silencio por estrategia, este parece ser el rasgo distintivo del actual Gobierno que lo ha caracterizado en sus primeros cuatro meses de gestión, donde no solo se muestra renuente a comunicar sus principales acciones en el ejercicio del poder político, sino que también evita dar cara a las crisis políticas generadas a propia instancia, sin que haya en efectivo “control de daños”. Y ¡Oh casualidad!, es también la estrategia adoptada por el hasta hace poco secretario de la Presidencia, Bruno Pacheco, el de acogerse al derecho al silencio ante el Ministerio Público, que es el titular de la acción penal, en las investigaciones abiertas por el caso Provías. Pero hay más, coincidentemente, también este personaje se negó a declarar, apelando a guardar silencio ante la Comisión de Defensa del Congreso, que investiga una supuesta injerencia, ilegal por supuesto, en los ascensos de las Fuerzas Armadas. Así las cosas, este puede ser tomado como el común denominador entre la actual administración y su ex secretario presidencial: “El silencio”.

Y la verdad es muy llamativa, la resistencia de parte del mandatario Pedro Castillo a dar explicaciones, pese a que en la interna en sus reuniones con los líderes de las organizaciones políticas con curules en el Parlamento, ofreció las daría; sin embargo van pasando los días y nada, pareciera que se apela a la mala práctica de “dejar pasar”, o “apelar al olvido” de la ciudadanía. Pero el olvido no llegará y debe entenderlo el Ejecutivo, urge esclarecer si se ha incurrido en irregularidades de carácter administrativo y/o penal en agravio del Estado, por lo cual debe quedar meridianamente claro, los eventos que sucedían en el inmueble de Breña, las personas que acudían, cuáles eran sus cargos, qué temas se trataban, si había entre éstos proveedores estatales, en calidad de qué se usa la casa, quién es su propietario, si se paga por este arrendamiento o no y, si fuera a título gratuito, lo que se conoce como “Comodato”, si hay un contrato de por medio y si el comodante contrata con el Estado, entre otras satisfacciones.

El que no haya prosperado la moción de vacancia presidencial promovida por la congresista Patricia Chirinos no significa que el tema quedó zanjado, está de por medio el manejo de la “cosa pública”, los intereses de la nación que todo funcionario está obligado a preservar por encima de cualquier interés particular. Si acaso las investigaciones fueran dando luces de la comisión de delitos, esto sin duda podría revivir la vacancia, figura contemplada solo en circunstancias extremas para destituir a un presidente constitucional en ejercicio y el jefe del Estado lo sabe bien. Aquí no caben triunfalismos sino la “transparencia”.

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