El silencio de las parejas

Cuando nos referimos a este tema, no tiene vinculación con la falta de comunicación, que cada uno vive su propio mundo, inclusive pensando en otras cosas, no están presentes sino ausentes, perciben la relación aislada, quizás pensando en una tercera persona que no está físicamente, pero sí en el pensamiento. En este caso las relaciones de pareja se han convertido en disfuncionales, que necesariamente deben abordarlas y definirlas por el bien de las parejas.

El silencio de las parejas, a que hacemos referencia en el título, se trata de aquellas personas que se aman mucho, se quieren, viven constantemente ilusionados, existe pasión, que, con una mirada, una sonrisa, una caricia, un detalle, sin necesidad de hablar se dicen todo, sintiéndose plenos. El lenguaje corporal es la expresión de lo que se siente interiormente, por eso se dice que no hay más realidad la que se lleva dentro de cada uno de nosotros.

Hay muchas parejas que, sin necesidad de hablar, están comprometidas, por ejemplo, estuve en un café, ingresó una pareja madura, el varón la hizo sentarse, solicitaron al mesero el pedido que les agrada, lo compartieron y después se miraron, se cogieron las manos y no hablaban, se percibía que se sentían mutuamente, al retirarme, ellos también lo hicieron y me permite decirles educadamente que bonita pareja, cuál es el secreto, me dijeron, no pensar en nosotros mismos, sino en la pareja que tienes a tu lado, desde el comienzo de la relación, saberla mantener, alimentándola con mucho amor, cariño y humildad.

El silencio es un estado existencial del pensamiento, que orienta a reflexionar, es una compañía que origina la sensación de no estar solo, sino acompañado por la pareja, familia, sentirte admirado. El guardar silencio en algunas ocasiones a la persona, lo hace ser prudente, empero también lo hace cómplice de una circunstancia, hecho, que no quiere hablar para no complicarse la vida y de esos casos hay muchos sin resolver y resueltos, como el caso que les voy a exponer.

Se trata de una madre, que tenía una hija de once años y era abusada por la pareja de la madre desde esa edad, la madre era consciente de esas aberraciones en agravio de su menor hija, pero guardó silencio para no perder el apoyo económico del novio de turno, no obstante, la menor le había contado todo a su madre, pero no le creía y se hacía la desentendida, incluso el agresor sexual le propuso a la madre concurrir a un hotel los tres. El angelito, desde los once años, hasta que cumplió la mayoría de edad vivió atormentada psicológicamente porque nadie le hacía caso, que llegó el momento que se lo contó a su enamorado, el mismo día que cumplía la mayoría de edad, se dirigieron a la autoridad policial formulando la denuncia contra el agresor sexual y su madre, que había consentido las aberraciones en contra de su hija menor de edad, ambos fueron sentenciados a penas severas.

El silencio de esta mala madre por intereses mezquinos, expuso a su hija a estar sometida para toda la vida a tratamiento psicológico, para seguir viviendo y formar una pareja y familia, que la supo comprender y no la rechazó por algo que ella, no era responsable sino víctima de una mala experiencia que quedó marcada para toda la vida, empero, el tratamiento la ayuda a supervivir por el esposo y los hijos.

El silencio de las parejas es constructivo cuando existe amor y es destructivo cuando daña la dignidad de los seres humanos.

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