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El talón de Aquiles del puerto de Chancay

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Fecha Publicación: 15/11/2024 - 23:00
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EXPRESO publicó ayer una amplia e interesante información del ingeniero Jorge Coll Calderón titulada “Las incorrectas priorizaciones del gobierno sobre la red del Metro de Lima y el Ferrocarril Lima-Ica”. Para cualquier persona racional, el Perú arrastra un descomunal déficit en su estructura de comunicaciones carreteras, explicado al detalle en la citada información.
Pero las prioridades cambian conforme surgen necesidades que nunca estuvieron planificadas. Este es el caso del puerto de Chancay, una importantísima infraestructura para el arribo y zarpe de mega naves; una facilidad con la que no cuenta otro puerto peruano, ¡ni, por cierto, puerto alguno latinoamericano con mirada al Pacífico!
Hablamos de barcos con una longitud cercana a 220 metros de eslora (largo) y manga (ancho) de 43 metros, con capacidad para transportar 18,000 contenedores, tanto en sus rutas de ida como de regreso, dentro de un exclusivo y exitosísimo circuito Perú-China y viceversa. Por cierto, la carga que trasladen no será destinada totalmente al Perú; también abarcará al resto de Sudamérica y, a su vez, desde allí hacia China.
Ese traslado se hará vía carretera, como ocurre hoy desde y hacia el Callao. Aunque lo más conveniente sería que el Perú lidere un consorcio propietario de un conjunto de naves que operen un moderno servicio de cabotaje regional a lo largo del subcontinente.
Hasta acá los aspectos correspondientes al puerto de Chancay, que, recordemos, fue ideado y creado -e inicialmente financiado en parte el año 2008- por un miembro de la Marina de Guerra del Perú, el almirante José Ribaudo La Torre. Él incorporó en su aventura a otros marinos como José Noriega, Nerio Robles, Ciro Arévalo y Carlos Tejada, junto con su segundo de a bordo, Guillermo Ríos, ambos excomandantes generales de la Marina. Estos dos últimos gerenciaron la construcción de este trascendental puerto, hoy propiedad de la naviera Cosco (el Estado chino) en sociedad con la minera Volcán.
No obstante, el puerto de Chancay estará conectado a Lima únicamente por la llamada Carretera Norte. Pero hoy, el tramo Lima-Ancón-Lima de aquella carretera es, para todos los efectos, una vía urbana repleta de autos, buses, microbuses, megabuses, camiones de todo tamaño, etc. Consecuentemente, hará muy difícil -sino imposible- el tráfico de carga transportada en miles de megacamiones llevando contenedores de 120 pies de largo, para cada uno de los embarques y/o desembarques que realice cada nave que arribe y/o zarpe desde y/o hacia Chancay.
Hace muchísimo tiempo, desde esta columna venimos sugiriendo a las autoridades que revivan los rieles de la línea ferroviaria que servía al tren Lima-Callao-Ancón-Chancay-Huacho-Pativilca como solución rápida al problema que, contrariamente, veremos en la Carretera Norte. Pudo haber sido otra alternativa. La alerta la dimos ante la inminencia del problema.
El responsable de la improvisación es el Ministerio de Transportes, que simplemente decidió no solventar un problema tan obvio como colosal, que incluso pudiese anular las ventajas que daría la inmediata entrada en vigor del moderno puerto de Chancay. China hizo su parte con plausible anticipación y profesionalismo. Nosotros, como siempre, quedamos en gravísima falta.

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