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El terrorismo sigue consolidándose

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Fecha Publicación: 12/02/2023 - 23:00
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El sábado ocurrió un ataque de Sendero Luminoso contra la Policía Nacional, con el resultado de siete servidores del Estado, miembros de la PNP, muertos y cruelmente rematados por integrantes del “partido comunista del Perú sendero luminoso”. Como de costumbre, el silencio de las izquierdas -peor aún, su afán por relativizar la realidad, particularmente ya una costumbre en la secta caviar del comunismo local- se hizo y permanecerá haciéndose sentir, como muestra de su indisimulada complicidad con el terrorismo. “No me terruquees” es ahora el grito de guerra de los caviares, cuando la opinión pública les sentencia como terrucos tras sus añosos desvelos por proteger al terrorismo. Como lo hicieran, vehementemente, desde que surgió sendero luminoso, calificando a todos sus integrantes como “luchadores sociales” en lugar de terroristas, como son. ¡Esto quedó registrado en su “narrativa” cincelada en piedra, mediante el instrumento que desempeña el rol de biblia para la izquierda: el llamado “informe final de la comisión de la verdad”! Así surgen, también, esos estancos de la mentira y la propaganda comunista que sirven para intoxicar a la sociedad (especialmente a los jóvenes) a través del evangelio rojo que difunden: el mal llamado museo de la memoria, y su adenda denominada “el ojo que llora”. El museo fue erigido bajo el patrocinio del nobel Vargas Llosa -impulsado por su frustración como político, causándole irreparable daño a nuestro país- y pagado por ricachones alemanes; y el segundo lo financiaron sus pares peruanos. ¡Esta es la verdad!

Una verdad que hoy vuelve a escarapelar a los peruanos, tras corroborarse que sendero luminoso logró el objetivo de la comisión de la verdad: ¡revivir, como el brazo armado de las izquierdas peruanas! Tal cual fue desde su surgimiento en la década de los años ochenta del siglo pasado, gestado durante un lustro por el régimen golpista del tirano Velasco Alvarado. ¡Incluso sendero luminoso ha llegado a la Presidencia de la República, a través del pelele apellidado Castillo! Y ahora se pasea campantemente por Lima, Arequipa, Ayacucho, Cuzco, Ica, Madre de Dios atacando sanguinariamente a la Policía; vandalizando a su paso nuestras ciudades; interrumpiendo el tráfico libre por las carreteras; generando desabastecimiento de toda índole; paralizando y destruyendo centros mineros, etc. Todo a vista y paciencia de una aterrorizada población y un desconcertado gobierno, que contempla semejantes atentados parapetado tras las paredes de Palacio de Gobierno, vencido por el pánico y la incompetencia.

La verdad no puede ser peor. Estamos en manos de una revivida organización terrorista, a la que las izquierdas insisten en llamarle por cualquier otro nombre con tal de que no las “terruqueen”, para así conseguir su “consolidación social”. Y de esta forma, acelerar –y acentuar- un férreo control ciudadano a través de esa fuerza de choque genocida que no se detendrá ante nada, mientras cuente con el respaldo político de un sector político –que hoy gobierna el Perú- como es la izquierda. Momentáneamente, la siempre bien articulada, aunque jamás votada por el pueblo, izquierda caviar. Como comprenderá, amable lector, la situación es bastante grave.

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