El tipo de guerra que no se puede tolerar
El fin de semana pasado, los crímenes cometidos por los terroristas de Hamás, quienes controlan la franja de Gaza y cuyo principal objetivo es que el estado de Israel desaparezca, han conmocionado al mundo. Ciudadanos de distintos países, incluido Perú, han sido secuestrados y salvajemente asesinados en territorio israelí. Entre las víctimas se encuentran niños pequeños, familias enteras.
La situación está cada vez más tensa, porque la consigna de Israel es no quitar el bloqueo total que ha establecido a Gaza hasta que los rehenes hayan sido devueltos; es algo no negociable.
Ha sido tal la brutalidad de los terroristas, que han obligado al gobierno de Israel a responder de forma contundente. A pesar de que parte de la comunidad internacional pueda criticarla, la respuesta israelí es coherente con la de asegurar su defensa nacional; de no ser drásticos y certeros, se exponen a que otros grupos radicales antisemitas se sumen al ataque.
Posiciones estratégicas fueron bombardeadas en Siria hace unos días, por servir de enclaves de Hezbolla para lanzar misiles a Israel.
A pesar de que esta puede considerarse el posible inicio de una nueva guerra en el mundo, con una gran movilización por parte de Israel (hasta el momento 530 mil tropas), el contexto internacional y las declaraciones de los distintos países, hacen parecer que esta es más bien una extensión de lo que implica la guerra en Ucrania.
Occidente y Oriente parecen enfrentarse por la hegemonía. Los aliados de Israel ya movilizaron tropas y armamento y EE.UU. ha dicho que puede apoyar tanto en la guerra en Ucrania como en Israel, cada una a su manera. Por su parte, Ucrania ha buscado un acercamiento con Israel, que se ha mantenido ambigua respecto a la invasión Rusa.
Rusia y China no han condenado los actos terroristas, y han solicitado un alto al fuego para hablar de un estado palestino independiente, algo que, en el contexto de los ataques terroristas, ha sido tomado como un apoyo velado a Hamás.
Los países árabes también se mueven con cuidado. En sus naciones hay grupos islamistas fundamentalistas que ponen en riesgo su seguridad nacional, por lo cual, en varios casos, no son contundentes al perseguir a los grupos terroristas.
Por su lado, Irán, país de gobierno teocrático de fe chiita, aliado de Rusia y China, al cual se acusa de apoyar y financiar a Hamás, ha advertido que movilizará tropas en caso Israel realice una incursión terrestre en Gaza.
Este proceso, parece sentar las bases para la maximización del conflicto focalizado en Ucrania. La posición que tomen hoy las naciones, en el consejo de seguridad de la ONU, podría decantar los pesos y contrapesos de los bloques opuestos y determinar si el conflicto tiene posibilidades de extenderse.
Lamentablemente, existe cierta idea de que las Naciones Unidas, como organización, no funciona realmente, pues a pesar de que debe servir para evitar las guerras, estas se siguen dando, y sus decisiones no vienen sirviendo para frenar las crisis.
Sin embargo, las naciones en conflicto mantienen su representación legal en las cortes internacionales, donde intentan justificar su accionar. Rusia y Ucrania, actualmente, se encuentran en medio de una controversia en la Corte Internacional de Justicia, además de la guerra que libran en el campo de batalla. A fin de cuentas, queda claro que tendremos que terminar por entendernos de alguna manera.
Comprender el conflicto Palestino Israelí es complejo, entender la diferencia entre Hamás y la Autoridad Nacional Palestina también lo es, las razones históricas y geopolíticas de los países colindantes y de las potencias orientales y occidentales para tomar posición frente a ambas partes, implica manejar demasiada información. Lo único obvio y claro de lo que ha sucedido, es que no debe volver a suceder.
El terrorismo no puede ser justificado ni tolerado de ninguna manera.
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