ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

El Tratado de Lima y la reciprocidad dentro de la frontera

Imagen
Fecha Publicación: 03/06/2025 - 21:40
Escucha esta nota

El Tratado de Lima, que fuera firmado el 3 de junio de 1929, como ayer –gobernaba Augusto B. Leguía (1919-1930)–, solucionó para siempre la delimitación terrestre entre Perú y Chile. Al haberse cumplido 96 años de este instrumento jurídico bilateral, mirando la historia, recordemos que el Tratado de Ancón, firmado en 1883, y que puso fin a la guerra entre ambos países, debió abrir una etapa distinta. Pero no fue así. Chile se comprometió a celebrar un plebiscito para los territorios de Tacna y Arica –a Tarapacá la perdimos a la sola firma del tratado–, pero fuimos cándidos y no leímos que su plan expansionista de chilenización era de realización imperturbable desde los tiempos de Diego Portales a mediados del siglo XIX. Estados Unidos de América nos prometió la recuperación de Arica y Tacna y al final solo conseguimos la reincorporación de la heroica Tacna al seno de la patria, cuyo centenario está cada vez más cerca (2029) sin que se haya decidido nada mirando ese extraordinario acontecimiento para Tacna y el Perú. El acuerdo con Chile nos exigía realismo político-diplomático y eso hicimos, por lo que Leguía fue injustamente satanizado y hasta por odio político, fue sometido al más cruel ensañamiento y murió en la cárcel. En 1999 Chile concretó los pendientes señalados en el artículo 5 del Tratado: la construcción de la estación terminal ferroviaria Tacna-Arica, el malecón de atraque y el edificio de aduanas. Aunque no hemos aprovechado hasta ahora dicha servidumbre a nuestro favor, Chile, hay que reconocerlo, efectivizó el sacrosanto principio del derecho internacional denominado Pacta Sunt Servanda, que significa cumplir lo pactado y eso fue lo relevante. A 96 años de la firma, lo importante es que ambos países concluimos en 1929 nuestros problemas terrestres gracias a este tratado que tiene carácter perpetuo. Cuando fui canciller, en agosto de 2022, decididamente inicié el proceso definitivo para la construcción de la nueva sede consular y cultural peruana en nuestra propiedad privada “El Chinchorro” en Arica, protegida por el artículo 7° del Tratado de 1929 y por la propia Constitución chilena que consagra el derecho de propiedad (Art. 19 N° 24 incisos 1 al 5). A pesar de hallarse ya cubierto gran parte del costo de la construcción y de la enorme disposición del ilustre y filántropo tacneño, Julio Salazar Moscoso, el “Patriarca de los Peruanos en el Exterior”, que me llamó a Torre Tagle para expresarme su total e inmediata disposición contributiva para hacer realidad esta obra sin excusas y tantas veces postergada, lamentablemente como ha pasado en la actitud de nuestra clase política bicentenaria, mis sucesores lo han dejado para las calendas griegas. Tacna merece mucho del país y hay que comenzar cuidando celosamente el estricto cumplimiento del artículo 71 de la Constitución Política que prohíbe de manera clara e indubitable que los extranjeros puedan contar con adquisiciones ni posesiones dentro de los 50 km de la frontera, cualquier cambio, que me parece racional, debe significar imperativamente, la reciprocidad en el tratamiento a los extranjeros como los peruanos en los países vecinos como Chile.

(*) Excanciller del Perú e Internacionalista

Mira más contenidos siguiéndonos en FacebookXInstagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.