El tren donado: estafa, circo y alcahuetes
En Lima ya no solo respiramos contaminación: ¡respiramos descaro! El último gran fraude con el que nos quieren embaucar es la farsa del “tren donado” que Rafael López Aliaga y sus regidores promueven con la complicidad vergonzosa de algunos medios y una corte de trolls alimentados con el dinero de todos los limeños.
Nos vendieron la mentira de que empresarios extranjeros “nos donaban” un tren, pero una donación es clara: se da sin recibir nada a cambio, sin costo, sin factura. Aquí, en cambio, lo que hay es un acuerdo lleno de letra chiquita, que compromete dinero de futuras gestiones ediles: plata que aún no generamos, pero que ya está hipotecada para cubrir los costos de operación, adaptación e infraestructura.
¿Y el tren? Una chatarra digna de museo: rieles oxidados, vagones viejos (modelo de la Santa Inquisición) y sistemas que se descarrilan antes de funcionar. El supuesto acuerdo aprobado por los regidores no es más que una alcahuetería de corrupción, un disfraz mal hecho para legalizar el despilfarro y garantizar que unos pocos se llenen los bolsillos mientras la ciudad sigue condenada al caos.
No hubo estudio serio de costo-beneficio. No hubo evaluación técnica independiente. Y ya hay millones comprometidos. Así se gobierna hoy Lima: con el circo mediocre de un tren jalado por nostalgia, sin mantenimiento, con vías inservibles que deben ensancharse o modernizarse a costa del más débil: las miles de familias que viven desde hace décadas en esas zonas.
Porque, claro, hacer una vía más amplia implica desalojar sin compasión, sin proceso judicial serio, sin reubicación digna ni compensación suficiente. ¿Así tratamos a nuestros ciudadanos? ¿A patadas, como si no valieran nada?
Mientras tanto, López Aliaga compra aplausos con dinero público. Compra titulares, likes, comentarios favorables que intentan hacernos creer que el que denuncia es el enemigo y el corrupto, el salvador. ¿Cuántos de los que aplauden como focas en redes son cuentas falsas? ¿Cuántos asalariados del troll center municipal?
¡Estoy harta! Harta de que Lima sea botín de improvisados, de mentirosos, de corruptos disfrazados de empresarios exitosos. Harta de que los medios callen y los regidores se presten al juego sucio.
Queremos trenes, sí. Infraestructura, también. Pero moderna, eficiente, sostenible. No chatarra disfrazada de progreso. Queremos inversión seria, con estudios, con transparencia. Y, sobre todo, con respeto por la gente, su vivienda y sus derechos.
¡No es un tren donado! ¡Es una estafa política y económica que pagaremos todos! Que no nos traten como idiotas. ¡Basta ya! He dicho.
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