El valor internacional del prestigio
El Perú tiene dimensiones internacionales que nos vinculan con el prestigio, así como con el ideal que se tiene del concepto del éxito. La celebración de un hito que nos invita a recordar el largo recorrido realizado para alcanzar la meta de consolidación de la independencia, así como la capacidad política de actuar en el escenario internacional con soberanía en favor de los intereses permanentes del Perú. Se trata de un punto de reflexión importantísimo y trascendente, que nos lleva tanto al pasado como al futuro, y nos invita a pensar sobre lo que significa la peruanidad, ese elemento impulsor indispensable que motivó la lucha por la independencia con la expresión jurídica de un Estado soberano, independiente de la subordinación a España. Esto se logró con el rol protagónico de peruanos y la participación de personalidades de otros países, dentro de las que destacaron el argentino José de San Martín y el venezolano Simón Bolívar. Tenemos, además, muchos peruanos que han contribuido tanto a la independencia de otros países, como a la paz en el mundo. Que por sus aportes han incrementado al prestigio internacional del Perú, a los que tampoco debemos olvidar.
Como señalo en mi libro Relaciones Internacionales Modernas el prestigio es el ascendiente o la influencia que se puede ejercer sobre los demás en base a la captación de aprecio y reconocimiento sobre atributos propios. Tiene como elementos fundamentales al buen crédito o credibilidad; la estimación propia tanto como la ajena; y el renombre, o uso reiterado del nombre en forma positiva. La suma de estos elementos se traslada en influencia, la cual ayuda a alcanzar metas que pueden implicar el éxito. El prestigio es una herramienta con la cual, apoyado en la buena aceptación, se pueden promover resultados felices y exitosos que pueden ser validos tanto para una persona, como para una nación.
De manera muy simplificada, se puede decir que tener éxito significa alcanzar una meta. Esta meta puede lograrse por medio de un emprendimiento, así como del prestigio, cuando se acierta o sobresale en comparación con otros competidores. El éxito es, a la vez, una valoración de las acciones realizadas y cuando se promociona y difunde ese éxito de manera continua se obtiene y mantiene ese prestigio. Esta tarea de promoción la tienen en común tanto los sujetos que cuentan con cierto reconocimiento y prestigio, así como las instituciones del Estado creadas con ese fin.
Esta institución es el Servicio Diplomático, que también cuenta con un prestigio merecidamente ganado por acciones relevantes de sus integrantes.
Soy miembro de la Benemérita Sociedad de Fundadores de la Independencia y Defensores Calificados de la Patria, así como de la Sociedad Peruana de Derecho Internacional, y otras instituciones relevantes. Son ellas las que, al alcanzar una dimensión internacional, prestigian a la Nación Peruana.
El mundo hoy se internacionalizó a través de sus problemas. El Perú debe tener, consecuentemente en su primera línea de defensa nacional, un servicio diplomático fortalecido para ejecutar una política exterior con sabiduría y justicia. Se debe considerar un equilibrio entre el aporte de los profesionales de experiencia en este ramo, así como los peruanos que por su propio esfuerzo han sabido ser reconocidos en el exterior por afrontar o resolver situaciones problemáticas en favor de todos. A ellos debemos reconocerlos, dependiendo las circunstancias, como nuestros héroes universales y promotores nacionales.
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