El vizcarrismo, segundo debut
Hizo bien el presidente Vizcarra en aceptar (sería mejor decir “solicitar”) la renuncia del hoy expremier Villanueva. ¿La razón? La reforma jurídico-política se agotó ante la opinión pública, al no convertirse en un verdadero plan de acción, algo que las encuestas de opinión expresan con la popularidad del mandatario en caída libre.
Las limitaciones de comunicación del expremier, sus dificultades para articular una gestión eficiente en Salud, Educación, Desarrollo, Reconstrucción y Competitividad, y sus constantes contradicciones en el discurso público se convirtieron en lastres que Vizcarra no podía tolerar más. En menos de un año, el Estado no se transformó en el organismo proactivo y reformista que anunció el cambio de mando.
La elección de Salvador del Solar es audaz porque tendrá que darle velocidad crucero a una estructura anquilosada y paquidérmica que se resiste a todo tipo de cambio, y cuyas mafias internas complotan a diario contra las reformas en sus estructuras. Del Solar debe romper esta inercia en la que se encuentra capturado el aparato público. No son tecnócratas de escritorio con títulos de maestría y doctorado lo que requiere el Gobierno. Necesita funcionarios que pisen la cancha, que recorran el país al ritmo de viaje del Presidente. Que vean en las regiones aliados estratégicos. No destinos de presupuestos que como ministerios son incapaces de gastar.
El segundo debut del vizcarrismo debe conectar nuevamente con las nuevas generaciones. No entendemos cuándo perdió el rumbo con los jóvenes, que por su dinamismo se convierten, per se, en el mejor vehículo de cambios culturales y de comportamiento. Del Solar debe lograr, desde el primer minuto, que las cosas sucedan.
Será necesario también cambiar funcionarios en niveles intermedios para acelerar procesos de gestión que hoy están paralizados. Necesitamos agentes gubernamentales comprometidos con las poblaciones vulnerables. No más burócratas insensibles cuyo único objetivo es cobrar sus sueldos y bonificaciones.
Del Solar tiene las cualidades para dotar al vizcarrismo con esta segunda capa de discurso político, donde una reforma social y económica aterrice en nuevas reglas de juego y claras respecto a libertad de empresa, libertad de trabajo, tributación, eficiencia en los servicios públicos y satisfacción del ciudadano. El reto es reescribir nuestra historia con héroes de carne y hueso, con personajes verosímiles que contagien pasión por la victoria. Dejemos atrás el recuento de derrotas que hoy transmiten los libros de historia.