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El voto de protesta 2021

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Fecha Publicación: 17/09/2022 - 22:00
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¿Está dispuesta la Fiscal de la Nación Patricia Benavides, (como todo indica), a lavarle la cara a aquel Ministerio Público politizado que de manera escandalosa manejaron Pablo Sánchez y Zoraida Ávalos? De ser así, debería darle tanta fuerza a investigar esa presunta organización criminal que lideraría el todavía presidente Pedro Castillo como a aquella ciclópea corrupción generada durante el episodio Lava Jato. Un caso emblemático que, a juicio de este escriba, fue la partida de nacimiento del triunfo electoral de dos presidentes que, cada cual a su manera, han contribuido decididamente a destrozar este país. Hablamos de Kuczynski (incluidos sus sucedáneos Vizcarra y Sagasti) y de Pedro Castillo. El primero postuló a la presidencia, convencido de que aquello le daría cobertura constitucional para superar el escándalo que produciría el destape del affaire Odebrecht, en el cual se sabía comprometido. Su culpabilidad era tan evidente que se alió con los caviares, confiando en que le servirían como póliza de seguro para capear su temporal. En la orilla contraria aparecería Pedro Castillo decidido a ganar los comicios. aprovechando la indignación generalizada como resultado del affaire Odebrecht que arrancaría en 2016 y que, un año después, produciría una vacancia presidencial, seguida del cierre del poder Legislativo, precisamente ad portas de las elecciones 2021. La tormenta perfecta para que esas elecciones las ganase algún “vengador popular”, como imaginaba la masa a Pedro Castillo en su versión de líder sindical, simpatizante del comunismo, de sendero luminoso y, fundamentalmente, como representante del “pueblo”.
¡A criterio nuestro, de haber actuado la Justicia con celeridad y responsabilidad otro hubiese sido el resultado de las elecciones 2021! Sencillamente porque el pueblo percibió que, cinco años después de denunciado el affaire Odebrecht, dos fiscales –Rafael Vela Barba y José Domingo Pérez- resultaron incapaces de presentar una acusación formal ante un juez imputando a aquella poderosa organización criminal encabezada por la extranjera Odebrecht y la local Graña y Montero. Ambas corresponsables de robarle decenas de miles de millones de dólares al Perú. O bien ambos fiscales son neófitos; o acaso subordinados a intereses ajenos a los de la Justicia peruana. La cosa es que Pérez y Vela han fracasado en forma estrepitosa, beneficiando con esto a aquellos figurones que lideraban la organización criminal. Cierto es también que ambos se han dado maña para relativizar la actuación de todos esos mafiosos, favoreciéndoles en forma sospechosa. Formalmente, al momento del proceso electoral de 2021 el único imputado era Alejandro Toledo. Aunque endeblemente. Porque seis años más tarde sigue fugado en EEUU. ¿Por qué entonces el principal ejecutivo de Graña y Montero continúa libre? ¿Porque se convirtió en colaborador eficaz, por tanto haciéndose culpable? El hecho es que, aparentemente, su testimonio no sirvió para que Vela y Pérez formularan acusación, pateando tranquilamente el tablero respaldados por la maquinaria mediática vinculada a Graña, ante la sospecha de muchos y la irritación de otros. ¡Como este escriba, que considera que, por ello, Graña y los fiscales son responsables del voto de tantísima gente a favor de Castillo, en abril 2021!

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