Elección en el PJ
La doctora Janet Tello Gilardi fue elegida, el jueves de esta semana, como la nueva presidenta del Poder Judicial, al imponerse, en primera vuelta, a los magistrados Carlos Arias Lazarte y Manuel Luján Tupez. Se trata, hay que reconocerlo, de una merecida elección donde participaron los 18 jueces supremos titulares. Tuve oportunidad de conocerla cuando accedí al cargo de juez supremo, y en las reiteradas salas plenas en que coincidimos fui testigo de su brillantez al exponer y defender sus ideas, lo que nos avizora que tendrá el coraje suficiente para llevar adelante las riendas de tan importante poder del Estado.
En su espontáneo discurso, luego de ser proclamada ganadora, la flamante presidenta del PJ señaló que su preocupación estará centrada en que se brinde el servicio de justicia “a favor de todas las personas sin ninguna discriminación”, al mismo tiempo que dedicará todo su esfuerzo por colocar a la Corte Suprema “en equivalencia constitucional” con el Ejecutivo y con el Legislativo. Sin duda, le espera a la doctora Tello enfrentar muchos problemas de todo orden y poner en marcha su habilidad para emprender grandes desafíos dentro y fuera de la institución que presidirá.
El camino que le tocará remontar, una vez instalada en su nueva responsabilidad, se presenta proceloso, puesto que, según una última encuesta de Datum, solo el 19 % de la opinión pública confía en el PJ, mientras que un 77 % no confía. Trabajar con una opinión pública que le es adversa a la institución será uno de los mayores retos que habrá de enfrentar en su gestión. Y ella lo advierte: “Para ninguno de nosotros es sorpresa que se responsabilice al Poder Judicial, en el contexto actual de inestabilidad e incertidumbre política, inseguridad ciudadana, corrupción de funcionarios públicos, entre otros problemas sociales, de ser uno de los principales causantes de estas situaciones, a consecuencia de la toma de nuestras decisiones judiciales”.
Entonces, señala: “Si bien somos conscientes de que aún falta camino por recorrer para la satisfacción plena de las necesidades de justicia de la ciudadanía, para lo cual se requieren marcos legales y presupuestos adecuados, tenemos, además, que demandar el respeto a nuestra institución en equivalencia constitucional con los otros poderes del Estado, sin injerencias de ningún tipo”.
“Existe –dice la presidenta electa del PJ– un grave problema de lentitud o demora en los procesos. De acuerdo con el INEI (2024), 88 ciudadanos de cada 100 no confían en el servicio de administración de justicia, por su lentitud, por no brindar una justicia oportuna, a lo cual se agrega la alta percepción de corrupción. Esta desconfianza se ha agravado significativamente, pues en 2014 fue del 56 % (Vox Populi). Sin desconocer que se ha deteriorado la confianza, es necesario trabajar sobre las causas que la ocasionan, entre ellas el incremento en el nivel de litigiosidad que repercute en el aumento de la carga procesal en todas las especialidades a nivel nacional, y su distribución no homogénea”.
La elección de la magistrada tuvo inmediatas reacciones positivas en la mayoría de la opinión pública, no faltando quienes, sin prueba que lo justifique, la señalaron como “caviar”, epíteto ajeno a su personalidad que se vincula, más bien, a su lealtad para con la Constitución y a defender férreamente la independencia del Poder Judicial.
La prensa recogió también opiniones de reconocidos juristas del medio. El penalista Enrique Ghersi respondió que el desafío más grande que tendrá la nueva presidenta será el de “recuperar la legitimidad” de la institución que dirigirá. “Vivimos en un país con leyes draconianas, que nadie cumple, porque el 80 % de nuestra sociedad está en el sector informal”, refirió el jurista.
En su hoja de vida se lee que es también titular de la Comisión de Acceso a la Justicia de Personas en Condición de Vulnerabilidad y Justicia en tu Comunidad. Además, fue parte del Consejo Ejecutivo del Poder Judicial, del Consejo Consultivo del Centro de Investigaciones Judiciales, de la Comisión de Integridad Judicial y de la Oficina Nacional de Justicia de Paz y Justicia Indígena. Es asociada fundadora de la Asociación de Jueces para la Justicia y Democracia (Jusdem) y asociada presidenta de la Asociación Peruana de Mujeres Jueces, entre muchos otros cargos. Solo nos queda felicitar a una colega y desearle éxitos en lo que se ha propuesto.
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