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En el chifa

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Fecha Publicación: 26/05/2023 - 21:30
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El dueño de un recién inaugurado chifa en Comas se convirtió en víctima de un ataque por parte de un delincuente. Sin mostrar remordimiento, este individuo atacó a la esposa embarazada, quien se encuentra en su séptimo mes de gestación. En un acto desesperado, el empresario utilizó una pistola para defenderse, disparando al delincuente, quien falleció posteriormente en el hospital al que fue llevado en un intento por salvarle la vida.

Esta situación revela varias aristas de la problemática que enfrentan los peruanos en la actualidad. En primer lugar, la inseguridad ciudadana ha alcanzado niveles alarmantes, obligando a las personas a buscar formas de autodefensa debido a la falta de respuesta efectiva. Frente a esta realidad, algunos recurren a la Fuente Ovejuna contra los delincuentes, mientras que otros optan por armarse, y muchos simplemente se resignan.

La existencia de altos niveles de pobreza contribuye al incremento de la delincuencia. La falta de oportunidades y la precariedad económica empujan a muchas personas hacia la criminalidad como única opción para sobrevivir. Esta situación requiere una atención urgente por parte del Estado, a través de políticas y programas efectivos que brinden oportunidades de desarrollo económico y social a la población más vulnerable.

La tenencia de armas de fuego no es común en el Perú. Sin embargo, frente al creciente problema de la inseguridad, algunos ciudadanos han optado por buscar formas de protección personal, como en el caso del empresario del chifa en Comas. Esta tendencia refleja la falta de confianza en las instituciones encargadas de garantizar la seguridad ciudadana y la necesidad de encontrar soluciones integrales que aborden las causas subyacentes de la delincuencia. El resultado puede ser catastrófico, ya que cada individuo, armado con lo que sea, opta por tomar la defensa (y justicia) en sus propias manos.

¿La culpa la tiene la migración? No. La tiene el ingreso ilegal. Es vox populi que el Perú tiene un control fronterizo casi nulo, lo que facilita que el crimen organizado no solo venda pases de frontera, sino que también se dedique a la trata de personas. Además, la policía tiene poco margen de acción si, después de atrapar a los delincuentes, son devueltos a las calles rápidamente.
La inseguridad ciudadana y los altos niveles de pobreza representan desafíos significativos para los peruanos.

El incidente en el chifa de Comas es un claro ejemplo de la vulnerabilidad que enfrentan las personas en su vida diaria. Es fundamental que el Estado y la sociedad trabajen conjuntamente para abordar estas problemáticas, promoviendo políticas que fomenten el desarrollo económico, fortalezcan las instituciones y generen un entorno propicio para la convivencia pacífica y segura de todos.

Es momento de dejar atrás los diagnósticos y pasar a las propuestas de ejecución. A menos que consideremos que la solución a la crisis actual sea asumir que estamos solos, tal como le sucedió al empresario de Comas, y por lo tanto necesitamos armarnos hasta los dientes. Si ese es el caso, en el Perú imperará la ley, pero la del lejano oeste.

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