En medio del fuego y el humo
El Perú se incendia desde hace trece meses y la mayoría de peruanos vencidos por la apatía son sólo mudos testigos de la más severa crisis moral y política que podamos recordar.
Pedro Castillo sabe que el cerco de la justicia lo está acorralando. Al ser investigado, como presunto líder de una organización criminal, en sus habituales visitas al Ministerio Público parece dudar entre guardar silencio o hablar. Hasta ahora prefiere callar para evitar enredarse en sus contradicciones o negar lo que colaboradores eficaces han revelado ante la Fiscalía.
El gobernante parece dispuesto a mantenerse en el cargo el mayor tiempo posible. Por ello se habría rodeado de asesores cubanos y venezolanos, quienes vienen replicando perversas estrategias que han contribuido a que, en esos países, se perpetúen gobiernos dictatoriales. Este grupo trabaja junto a los ministros de “defensa” del atizador gabinete Torres, quienes buscando victimizarse, confrontan al Congreso y pechan a la prensa independiente, generando a diario cortinas de humo tratando de “apagar” los incendios de Castillo y su entorno familiar, distrayendo la atención para que todos terminen hablando del humo y no de lo que esconden detrás del humo.
Cuando Castillo se ve amenazado, la prepotencia y las cortinas de humo surgen de forma espontánea. La más reciente ha sido la filtración de audios que involucran a César Acuña y Lady Camones en una reunión con la bancada de APP. Antes, intentaron manchar la reputación de la fiscal de la Nación que lo investiga, cambiaron a los altos mandos de la Policía por perseguir a sus allegados, solicitaron dar de baja al coronel Harvey Colchado por ser parte del equipo que buscó a su cuñada en la residencia.
El Legislativo también aporta su cuota de humo en favor del Gobierno. En medio de las llamas que devoran las ilusiones de millones de peruanos, algunos congresistas de la “oposición” en vez de demostrar unidad y autoridad para salir de este infame Gobierno, decidieron jugar con fuego censurando a Lady Camones, poniendo en riesgo la presidencia del Congreso que podría caer en manos del oficialismo que se ha fortalecido con los votos de los disidentes de AP, APP y los niños escondidos en otros partidos.
La Iglesia no se queda atrás, ha anunciado que la procesión del Señor de los Milagros, en su recorrido anual, no pasará por la Plaza de Armas. Pero al mandatario parece no importarle porque en Palacio de Gobierno la procesión va por dentro y el humo, del incienso de los sahumadores, les sobra.
Es ahora cuando el Perú necesita que los congresistas trabajen unidos, dejando de lado sus egos e intereses personales, decidan con cabeza fría y pongan la pierna fuerte para enfrentar esta inminente amenaza.
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