En todas partes las izquierdas cuecen habas

Persevera la izquierda española en seguir escorando la Democracia con su deriva populista –incluso anárquica– fundada en banalizar la Constitución para retorcerle el pescuezo a sus principios, interpretándose según el cristal con que ella prefiera ver. ¡Busca ensamblar un plebiscito que acabe modificando la Constitución! Estrategia aparentemente menos severa que la propuesta de la izquierda peruana, que insiste en “sustituir” nuestra Constitución mediante un referéndum; consulta populista que, en países ramplones como el nuestro, son comprobadamente manipuladas por sus promotores. ¡Vale decir, por la dirigencia roja! En rigor, una práctica izquierdista para alterar, socioeconómica y políticamente a un país, sin garantizar –vía un mecanismo claro– la voluntad del ciudadano. En España, tras el retorno de la democracia hace casi cinco décadas, el tradicionalmente centrista y monárquico Partido Socialista Obrero Español (PSOE) compartía responsabilidades de gobernar España con el derechista Partido Popular, respetando la disposición momentánea de los electores españoles.

Esta fórmula permitió el fenomenal auge que alcanzó España, llegando incluso a ubicarse como octava potencia mundial. ¡Y además, garantizando a sus ciudadanos un envidiable Estado de Bienestar! Recientemente la izquierda/derecha independentista española maniobró cediéndole votos a Pedro Sánchez, candidato del PSOE que el 23 de julio último obtuvo 7’575,504 de los votos (122 escaños), perdiendo la elección presidencial frente a Alberto Núñez Feijoo del PP, que recibió 7’837,880 votos (136 escaños congresales). ¡Pero en España el Congreso elige al presidente! Y algunos partidillos de izquierda, inclusive alguno de ultraderecha, acumularon siete curules que, sumadas a las del PSOE, resultaron suficientes para elegir presidente a Sánchez. Ahora el PSOE le debe la presidencia de Sánchez a aquellos partidillos de marras; inclusive antisistema, uno de cuyos líderes sigue prófugo de la Justicia. Hoy, la ultraizquierda y ultraderecha pretenden transformar España, extorsionando a un inescrupuloso –y desesperado por reelegirse – Sánchez, a quien no le temblará la mano para convertir España en un país al que muchos españoles defraudados compararían con la Venezuela europea.

El escollo para los secuestradores del poder en España es la Constitución. Tanto que en el Mensaje Navideño que anualmente ofrece el Rey Felipe VI, este año le dedicó una férrea defensa. Aprendamos de ella: “La Constitución ha cumplido 45 años. Durante estos años de vida democrática (la Constitución) ha sido el mayor éxito político de nuestra reciente historia, que supuso la culminación de un proceso que mereció admiración y reconocimiento internacional (…) Gracias a ella, España logró construir y consolidar una democracia plena (…) y un Estado Social y Democrático de Derecho que ha asegurado la convivencia y permitido superar diversas y graves crisis durante los últimos años (,,,) Gracias a esta Constitución, conseguimos superar la división, que ha sido causa de muchos errores en nuestra historia; que abrió heridas, fracturó afectos y distanció a las personas. Superar esa división, por tanto, fue nuestro principal acierto hace casi 5 décadas. Por eso, debemos evitar que el germen de la discordia se instale entre nosotros; es un deber moral que tenemos todos. Porque no nos lo podemos permitir”.

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