Engañando a los jóvenes
Vaya un consejo para los organizadores de las marchas de protesta semanales contra este operativo comunista que aún encabeza Pedro Castillo Terrones: ¡¡Cambien su estrategia!! ¡Lo que están haciendo es dividir a la oposición! ¡No admitan divisiones en sus marchas! Como pasó el sábado, dándole espacio a dirigentes de Acción Popular; gente incapaz de administrar su propia bancada congresal y que, a no dudarlo, podría estar sirviéndole de correveidile al gobierno respecto a las iniciativas de la oposición.
Es más, por atender esta impertinencia de los líderes acciopopulistas los verdaderos promotores de las marchas se vieron forzados a perder fuerza, cediendo espacio para que los populistas hicieran su propia “marcha” a un escenario diferente, en un espacio también distinto, debilitando de manera absurda esa férrea unanimidad que debiese primar en todas las demostraciones que lleve a cabo la oposición a este régimen pro senderista.
Los acciopopulistas acabaron indebidamente beneficiados. Pero continúan siendo impotentes para poner orden en su grupo político comportándose como inútiles defensores de la democracia por la que tanto batallara su fundador, Belaunde Terry.
Volvamos al objeto de este comentario. Y aquí apelo el recuerdo cedido por un amigo, evocando una categórica sentencia de Gustave Le Bon relacionada a la psicología de masas: “Las masas nunca han sentido sed por la verdad. Se alejan de los hechos que no les gusta y adoran los errores que las enamoran. Quien sepa engañarlas, será muy fácilmente su dueño; y quien intente desengañarlas, será siempre su víctima.” Ejemplo de ello fue cuando una mafia de medios de comunicación, hermanados por el interés común de seguir mamando del Estado (a través de presidentes venales como Vizcarra y congresistas hipócritas como Sagasti), urdieron una escena viciosa para teatralizar la vacancia del miserable Vizcarra, sindicando de “golpista” al ex presidente Merino.
A este acciopopulista, encumbrado a la presidencia del poder Legislativo por la mayoría parlamentaria tras aprobar la vacancia de Vizcarra –y, consecuentemente, encargarle la presidencia de la República por mandato constitucional- su partido cobardemente lo abandonaba horas después de haber votado por él forzándole a renunciar a la jefatura del Estado.
AP hizo esto para acoplarse a Sagasti, aliado a los caviares durante unas asonadas callejeras realizadas por jóvenes incitados por los organizadores del golpe congresal contra Merino. “Merino golpista, no me representas”, ”Que regrese Vizcarra” eran algunos slogans impresos en pancartas cargadas, por ejemplo, por el gerente del Banco de Crédito del Perú, desfilando muy orondo en medio de una muchedumbre de gente exacerbada por las portadas de El Comercio, La República, y transmisiones de 24 horas ininterrumpidas emitidas por los canales 2,4,5,7,8,9, sumados a la grita de RPP, etc. A toda voz denunciaban un “golpe de Estado” para encumbrar a Merino.
Los jóvenes salieron a las calles alarmados por la grita de “golpe” (“quien sepa engañarlos será su dueño”, sostiene Le Bon). Acá culpamos a esta escoria mediática limeña por manipular a la juventud para satisfacer sus intereses, enfureciéndole a tal extremo que acabaría eligiendo al presidente comunista/senderista que hasta ahora maneja el país.
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter e Instagram, y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.