Entre la meta y la realidad
El panorama económico del país ha sido el epicentro de las recientes declaraciones del ministro de Economía, José Arista. La pregunta que resuena en la mente de muchos: ¿Se deben modificar las reglas fiscales para impulsar la recuperación económica? Las respuestas, aunque matizadas por la necesidad de cumplir con el “tope” del 2% del PBI de déficit fiscal, revelan una realidad compleja.
Arista, al destacar la importancia de la institucionalidad y la previsibilidad, reconoce la necesidad de mantener la estabilidad en medio de la incertidumbre. Sin embargo, su confianza en alcanzar la meta del 2% del PBI sin alterar las reglas fiscales deja espacio para el escepticismo. La identificación de gastos ineficientes por parte de organismos como el Banco Interamericano de Desarrollo, el FMI y la Contraloría General de la República es un primer paso crucial. La pregunta clave es: ¿será suficiente para recortar esos S/ 5,000 millones necesarios? Pero además me atrevo a plantear otra ¿podrá hacerlo cuando el hambre por popularidad de Palacio de Gobierno crece?
La proyección actual del déficit entre 2.5% y 2.6% del PBI refleja un desafío significativo. El optimismo radica en un posible crecimiento en el segundo semestre y ajustes menores, pero la realidad económica es a menudo más caprichosa que las proyecciones. La dependencia de un crecimiento sostenido y mayores ingresos para cumplir con la meta plantea interrogantes sobre la viabilidad a largo plazo.
Por otro lado, el Consejo Fiscal emitió en enero un llamado de atención crucial. El desvío en 2023 respecto a la consolidación fiscal establecida genera preocupación, especialmente cuando el déficit fiscal estimado para 2024 se sitúa en 2.8% del PBI, superando el límite del 2.4%. La llamada a un “significativo esfuerzo de consolidación fiscal” para cumplir con la regla del 2% del PBI en 2024 destaca la magnitud del desafío que enfrenta el país.
La credibilidad y sostenibilidad fiscales son pilares esenciales para la confianza de los inversionistas y la estabilidad económica a largo plazo. El Consejo Fiscal, al señalar estos riesgos, subraya la necesidad de abordar los desafíos de manera urgente y efectiva.
El delicado equilibrio entre las metas fiscales y la realidad económica, es imperativo que las autoridades adopten medidas concretas y audaces. El recorte de gastos ineficientes es solo el primer paso; se requiere una estrategia integral que incluya reformas estructurales y una gestión cuidadosa de los recursos.
La recuperación económica no es solo un juego de números; es un desafío que demanda visión, adaptabilidad y acciones decisivas. Las reglas fiscales, aunque esenciales, deben ser flexibles para adaptarse a circunstancias excepcionales, pero su modificación debe ir acompañada de una gestión responsable y transparente.
La capacidad del país para superar los obstáculos económicos dependerá de la capacidad de sus líderes para equilibrar la necesidad de estabilidad fiscal con la urgencia de impulsar el crecimiento. El 2024 se presenta como un año clave, donde las decisiones tomadas ahora tendrán repercusiones duraderas en el futuro económico del país.
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