Entuerto constitucional
No tenemos duda que para el peruano de a pie que se desvive diariamente por sobrevivir en nuestro país, el tema que sigue pueda resultar retórico, banal y, tal vez, esotérico. No sorprende, teniendo que subsistir en medio de la severa crisis política, económica y social que golpea a la Nación y dada la grave desconfianza ciudadana en torno a la capacidad de este mediocre Gobierno de turno para sacar a la República del túnel en que se encuentra. Sin embargo, borronear en estas circunstancias sobre el todavía interminable y enojoso conflicto a cuatro bandas que involucra a la Junta Nacional de Justicia (JNJ), a los Poderes Legislativo y Judicial y al Tribunal Constitucional (TC), SÍ es importante y mucho porque en él se juega a la larga o corta la estabilidad y vigencia del Estado Constitucional de Derecho y la institucionalidad democrática del Perú. Y no exageramos.
Tratemos de resumir el entripado: la JNJ –sucesora del engendro en que se convirtió el difunto Consejo Nacional de la Magistratura–, y que es el órgano encargado de seleccionar, nombrar y destituir a jueces y fiscales, mantiene entre sus miembros a una respetable jueza en retiro que, por su edad, debiera estar en otro lado, amén de haber publicado un Comunicado cargando las tintas al Congreso. Este último, acusando recibo y al amparo de lo dispuesto por el artículo 157 de la Constitución está a punto de acusar y remover por causa grave a unos o todos los integrantes del JNJ, quienes antes de sufrir el manotazo han recurrido al Fuero judicial que ha aprobado una medida cautelar que provisionalmente paraliza el procedimiento parlamentario sancionador contra los juntistas. El Parlamento, ni corto ni perezoso, ha replicado impugnando por partida doble la medida primero ante la Corte Suprema y luego ante el TC donde pretende que el máximo intérprete de la Ley de Leyes y del control de la constitucionalidad declare nula la pretensión cautelar aunque esta articulación no se halle prevista en el Código Procesal Constitucional. Un verdadero bolondrón que ya lleva semanas por no decir meses para hastío de los peruanos a quienes les interesa el asunto y que viene siendo observado con preocupación por el sistema internacional de derechos humanos.
Puesto que la reconocida dama y demás miembros del JNJ no están dispuestos por las buenas a dar sus brazos a torcer, ni el poco legitimado Legislativo va a ceder en el empeño disciplinario, al menos queda confiar en aras de salvaguardar en estos lares la seguridad jurídica y de recuperar en algo la imagen nacional tan maltratada en el extranjero que el entuerto se resuelva estrictamente bajo el ordenamiento constitucional. Y, con este fin, el Poder Judicial y el TC tienen la mayor responsabilidad sin olvidar, por supuesto, a los Padres y Madres de la Patria que ocupan la Casa del Congreso. Pero, por favor, que sea pronto, que la crisis aprieta. ¡AMÉN!
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