Epilepsia en el Perú y el mundo: desafíos, tratamientos y cómo ayudar
El Día Internacional de la Epilepsia se celebra cada segundo lunes de febrero con el objetivo de sensibilizar a la sociedad sobre esta condición neurológica, que afecta a aproximadamente 50 millones de personas en el mundo. Se trata de un trastorno crónico que provoca crisis epilépticas recurrentes, derivadas de una actividad anormal en el cerebro. A pesar de ser una de las enfermedades neurológicas más comunes, sigue estando rodeada de estigmas y desinformación.
A nivel global, la epilepsia sigue representando un desafío significativo para los sistemas de salud, especialmente en los países en desarrollo, donde hasta un 75 % de las personas con esta condición no recibe tratamiento adecuado. La falta de acceso al diagnóstico temprano y a la medicación anticonvulsiva es una de las principales barreras en muchas regiones.
En el Perú, la realidad no es diferente. Se estima que más de 400 000 peruanos (según el Instituto de Ciencias Neurológicas) viven con epilepsia, y una gran parte de ellos no recibe tratamiento adecuado debido a la escasez de especialistas, el alto costo de algunos medicamentos y la falta de información sobre la enfermedad. Además, los prejuicios asociados a la epilepsia generan discriminación en ámbitos como la educación y el empleo, lo que limita el desarrollo personal y profesional de quienes la padecen.
Actualmente, existen diversas opciones terapéuticas para el control de la epilepsia. Los medicamentos antiepilépticos son el tratamiento más común y, en muchos casos, permiten a los pacientes llevar una vida normal. Sin embargo, alrededor del 30 % de los casos son resistentes a los fármacos, lo que lleva a la exploración de otras alternativas, como la cirugía para la epilepsia, la estimulación del nervio vago y la dieta cetogénica, que ha demostrado ser efectiva en algunos tipos de epilepsia infantil.
La sociedad puede contribuir significativamente a mejorar la vida de las personas con epilepsia a través de diversas acciones. Es fundamental informarse y promover la inclusión, asegurando que las personas con epilepsia tengan las mismas oportunidades. Asimismo, es esencial apoyar el acceso al tratamiento mediante iniciativas gubernamentales que faciliten el acceso a medicamentos y diagnósticos adecuados. Finalmente, saber cómo actuar ante una crisis epiléptica puede marcar la diferencia en la seguridad del paciente; para ello, es importante conocer los primeros auxilios adecuados, como colocar a la persona de lado, proteger su cabeza y evitar introducir objetos en su boca.
El Día Internacional de la Epilepsia es una oportunidad para reflexionar sobre los desafíos que enfrentan quienes viven con esta condición y para reafirmar nuestro compromiso con la construcción de una sociedad más inclusiva y solidaria. Con información, apoyo y avances médicos, es posible mejorar significativamente la vida de las personas con epilepsia.
@sandrostapleton
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