Equipos técnicos y gobernabilidad
Luego de muchas idas y venidas los dos contendientes en segunda vuelta, por fin han presentado a sus equipos técnicos que se supone harán los diseños de políticas que luego los funcionarios respectivos convertirán en programas concretos para materializar sus ofertas electorales.
En relación con el grupo presentado por el candidato Castillo no queda la menor duda del agrupamiento en torno a él, de algunos elementos del caviaraje, del toledismo, del vizcarrismo, de personajes cercanos al Movadef y algunos independientes que no lo son tanto, entre los cuales están algunos de los más conspicuos responsables de la debacle sanitaria producida durante el gobierno vizcarrista y otros que integraron gobiernos marcadamente corruptos que asumieron el poder a partir del año dos mil. En otras palabras, más de los mismo y con un sinsabor aventurero de treparse a un carro en marcha cuya ruta está marcada por un manifiesto ideológico totalmente contrario a la prédica electorera cuyos fundamentos esgrimidos por los Bermejo, Cerrón, la señora Boluarte, entre otros pertenecientes al núcleo duro del proyecto marxista leninista mariateguista, con vínculos con Antauro Humala y hasta respaldados por una terrorista del Vraem, constituirán un valla insuperable para un mero reformismo o planes de gobierno que no tengan por objeto la captura del poder político para un cambio revolucionario, según ellos, a fin de pasar del sistema democrático basado en el equilibrio de poderes y en el respeto de los derechos fundamentales de las personas, a otro de naturaleza comunista donde el Partido lo controla todo.
Por su parte, la candidata Fujimori ha reunido en torno a sí a mucha gente que arrastra un mundo de cuestionamientos junto a otros que provienen de los partidos más tradicionales del Perú, cuyos actos, con los resultados económicos que la población no ha percibido como favorables y que ha provocado en ella la cólera y rechazo que la están conduciendo a un voto ciego por un cambio necesario, pero sin percibir el camino hacia el abismo del cual no podremos salir luego, todo lo cual nos hace recordar la confrontación entre Alberto Fujimori y Vargas Llosa en el noventa, porque esta polarización muestra dos sectores de población, los que razonan y asumen el mal menor y los que odian con terribles resentimientos a quienes no les importa si caemos o no en manos comunistas o totalitaristas.
Así las cosas, la ingobernabilidad, gane quien gane, está a la vuelta de la esquina y mucho más con un Congreso tan fragmentado y con la amenaza ultra de tomar las calles y generar violencia al estilo de Chile y Colombia.
Ambos candidatos están cometiendo serios errores y si no mejoran sus discursos y propuestas con gestos concretos, nuestra desgracia como país es casi un hecho.
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