¿Es posible recuperar la confianza en los medios?

Hoy, más que nunca, muchas empresas de comunicación parecen haber olvidado que, el principal “producto intangible” que de ellas demanda el público es la información y orientación para tomar las mejores decisiones; tanto para su vida diaria, como para ejercer sus deberes y defender sus derechos sociales, políticos y económicos.
Las empresas, por entregar este “producto intangible” cobran, tanto al público, como a los anunciadores; porque se considera que, si bien, los contenidos informativos y de opinión, los pagan las audiencias; los contenidos de publicidad y propaganda los pagan las empresas comerciales, los partidos políticos o el Estado –a través de sus distintos órganos-, es decir, los interesados en que esos contenidos lleguen a determinados segmentos de consumidores con sus mensajes.

Sin embargo, los contenidos informativos y de opinión son escasos en la mayoría de los medios, incluidas las redes sociales; porque priorizan los de entretención y espectáculo que, al fin y al cabo, parecen ser los que atraen a la mayor cantidad de público y ganan más rating; por tanto, las empresas de TV, principalmente, pueden justificar así, sus altos precios.

Ahora las audiencias, a diferencia del siglo pasado, tienen, sin embargo, las posibilidades tecnológicas para acceder a distintas fuentes informativas globales; es por eso que el público exige más credibilidad y calidad en la información, opinión y entretención; de lo contrario, migra con mucha rapidez a la competencia o, simplemente, deja de consumir información fraudulenta.

En el Perú, las grandes empresas mediáticas están en pocas manos, un remedo de monopolio; sin el cual, muchas habrían quebrado, por la sencilla razón de que hace rato que sus audiencias migraron, las abandonaron y, si subsisten, es porque tienen por ahí un periodiquillo atractivo para las masas que las sustenta, o unos anunciantes a los que todavía pueden engañar y le sacan un riñón por aviso publicitario; o, simplemente, porque a través de la “publicidad del Estado” cobren -dicen las malas lenguas- hasta el 70% de su presupuesto.

Estas empresas creen que nadie sabe cómo es la nuez y se engañan, o al menos engañan a los marketeros –quién sabe hasta cuándo- haciéndoles creer que tienen un público cautivo. Mientras tanto, las audiencias hace tiempo que les perdieron la confianza, y recuperar la credibilidad es una misión casi imposible. Las nuevas tecnologías y los nuevos comunicadores –con sus “youtuber” por ejemplo- hace tiempo que son mucho más creíbles que cualquier programa de domingo.

Muy necesario es que las empresas de comunicación y los comunicadores recuperemos la vocación por la verdad, aunque ello signifique libertad de pensamiento y expresión a toda prueba; cotejo, respeto y análisis amplio y profundo de las fuentes; y trabajo duro. Compromiso con el bien de la sociedad: sin dejarnos comprar por quienes buscan lucrar con la salud, la nutrición, la educación etc., que retrasan el desarrollo de los pueblos.
Los días 28 y 29 de octubre, comunicadores de 12 países nos reuniremos en la Municipalidad de Miraflores en el “VI Encuentro de Graduados Latinoamericanos en Comunicación”. Estudiaremos cómo recuperar la confianza de los medios y comunicadores. Todo un reto para nuestros expositores. Carlos Soria: “La solución se llama más y mejor periodismo”; José Luis Orihuela: “Identidad digital y marca personal”; Charo Sádaba: “El valor de los intangibles en la comunicación política, comercial y periodística”; Manuel Alcázar: “Manipulación, información y empresa”; y Manuel Romero Caro: “El caso Lavajato en el Perú: avances y pendientes”. Están invitados.

(*) Profesora en CENTRUM PUCP

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