Es un monstruo grande y pisa fuerte
Tres años después de haber dejado la Casa Blanca, Nixon permaneció en silencio. Sin embargo, en el verano de 1977, el expresidente aceptó conceder una única entrevista y responder preguntas sobre su mandato y el escándalo Watergate, que acabó con su presidencia.
La experiencia, la personalidad y el enorme talento político de Nixon superaron por completo a Frost casi todo el tiempo, hasta que Frost le preguntó sobre los micrófonos ocultos. Convencido de su superioridad, Nixon respondió: “cuando lo hace el presidente, significa que no es ilegal”. Eso fue todo. Silencio absoluto. Un triste final.
Los corruptos se sienten indestructibles cuando están en el poder. Según el dictum de Acton: “El poder tiende a corromper, y el poder absoluto corrompe absolutamente”. Los psicoanalistas señalan que a una persona se la conoce cuando tiene poder. Cuando existe este manejo perverso del poder, cuando uno se siente por encima de la ley, se relajan todos los controles, y eso es lo que ha pasado a nivel mundial.
La corrupción es uno de los problemas más preocupantes para la población peruana y afecta directamente la legitimidad de las instituciones públicas. A nivel de percepción, de acuerdo al Barómetro de las Américas de Latin American Public Opinion Project, un 36% de la población lo señala como el principal problema, por encima de otros temas como la economía, la seguridad, la inestabilidad política, entre otros.
Asimismo, de acuerdo con la encuesta de Proética en 2019, el Congreso con un 76%, el Poder Judicial con un 47% y los partidos políticos con un 31% fueron percibidos como las instituciones más corruptas. En el Perú, Odebrecht jamás pensó lo que le sucedió hasta que sucedió y cayó, porque se creía por encima de la ley, intocable. Lamentablemente, la corrupción en el Perú no es reciente, solo se ha ido perfeccionando.
El caso Lava Jato lo demuestra. Un sistema que es una especie de mecanismo en donde políticos corruptos designan a funcionarios públicos corruptos, que a su vez reciben dinero de empresarios corruptos a través de operadores que financian campañas para que lleguen al poder políticos que designan a funcionarios corruptos, etc.
Un círculo vicioso interminable que pone y saca presidentes, como en el Perú, donde todos los exmandatarios han sido investigados por tener indicios de vinculación con la maquinaria corrupta de Odebrecht. Cualquiera que pretenda tener una participación importante en la política nacional debe alinearse a este ‘Sistema’, de lo contrario, no tiene oportunidad; simplemente es expectorado. Y frente a esa maquinaria monstruosa, colosal, ese cáncer en continua expansión que es la corrupción, se necesita una reforma urgente y general del sistema de justicia.
Enfrentar a los grandes poderosos, los grandes corruptos que manejan la política y la economía nacional, así como las amenazas y las intimidaciones potenciales del enorme poder de la corrupción, es una guerra muy difícil de ganar, pero necesaria, pues nada es más repugnante que enriquecerse con el dinero del Estado.
No hay nada mejor que dormir tranquilo. Espero que llegue el día en que, en el Perú, muchos corruptos dejen de hacerlo.
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