Escoge una vida libre para vivir plenamente
Una mente libre significa estar libre de prejuicios y de razonamientos ilógicos e irracionales. Es tener pensamientos y percepciones reales, no distorsionadas ni torcidas, que permiten actitudes objetivas. De lo contrario, los temores nos alejan de la felicidad y la plenitud, convirtiéndonos en seres humanos limitados, llevados por ideas que no tienen relación con los acontecimientos de la vida cotidiana. A partir de esto, voy a ilustrar algunos casos de mentes limitadas que, necesariamente, necesitan apoyo psicológico para liberarse de pensamientos inexistentes y lograr un equilibrio emocional. Esto no significa que los problemas desaparecerán; todo lo contrario, lo importante es que las personas posean las herramientas para sobrellevar y solucionar las dificultades que deben enfrentar.
Un primer caso se trata de una paciente que siempre usaba una sortija de metal, dormía con un herraje bajo la almohada, no entregaba una aguja a otra persona de mano a mano y no compraba sal de noche. Si dejaba de hacer estas cosas, sentía un profundo sentimiento de culpa, ansiedad y pánico. Le pregunté por qué pensaba de esa manera y de quién había aprendido esas conductas. Contestó que de sus padres. Le insistí, mediante un razonamiento, que analizara qué relación podían tener esas ideas con la posibilidad de que algo malo sucediera. Al reflexionarlo, admitió que no tenía sentido, que no existía una correlación entre lo que pensaba y la realidad.
Nunca lo había contado a nadie, pero era una idea obsesiva que perturbaba su mente hasta que, finalmente, logró liberarse. Poco a poco, el miedo y la ansiedad fueron desapareciendo. Esto demuestra que la mente es frágil y que pueden instalarse pensamientos equivocados que, si no se conversan en su momento, pueden convertirse en pensamientos perturbadores que impiden ser libre y alcanzar la plenitud.
Un segundo caso es el de un paciente que mantenía relaciones amorosas con su pareja desde hacía muchos años. Toda su vida se basaba en registrar en su libreta todo lo que tenía que hacer cada día. Si no lo hacía, sentía que le faltaba algo y la ansiedad lo llevaba a asistir a consulta psicológica para sentirse mejor. Uno de los detalles que comentó es que solamente mantenía relaciones con su pareja los fines de semana. Su rutina era ir previamente a comer pollo a la brasa, tomar unas cervezas y luego desplazarse al hotel hasta el día siguiente. Le pregunté a qué se debía esa rutina tan estricta, que le generaba ansiedad. Contestó que su familia lo había educado de esa manera: todo tiene su tiempo y momento, y si no se planifican las cosas, todo sale mal. Le insistí sobre por qué solamente tenía relaciones sexuales los fines de semana y no cualquier otro día. Respondió que, según él, los fines de semana las personas están más descansadas y las relaciones son más satisfactorias. Le pregunté si había intentado tener relaciones en otros días. Dijo que sí, pero que no lograba mantener la erección, lo que frustraba a su pareja.
Esto demuestra que había condicionado su vida, hábitos y costumbres a pensamientos rígidos, donde imperaba la razón y la espontaneidad había quedado relegada. Si no lo hacía de esa manera, no era feliz. Poco a poco fuimos deshilando las ideas y pensamientos que lo habían convertido en esclavo de sí mismo, impidiendo que fluyera su parte emocional. Fue comprendiendo, paso a paso, que debía vivir conforme a sus sentimientos hacia las personas y las situaciones. Si bien existen reglas, uno puede ser flexible, permitiendo así emociones satisfactorias y gratificantes. A medida que avanzaban las sesiones, le pregunté qué opinaba su pareja sobre todo esto. Dijo que era una mujer buena, que aceptaba su manera de ser. Tuvimos la oportunidad de conversar con ella, quien admitió que no estaba de acuerdo, pero que lo amaba tanto que lo consentía. Finalmente, ambos salieron adelante, son felices y libres, porque pidieron ayuda y aceptaron que existían problemas en su relación de pareja. Estaban dispuestos a mejorar porque se amaban. “El amor lo puede todo”.
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