Escuela Nacional de la Magistratura
Durante las primeras dos décadas del presente siglo, nuestro Sistema de Justicia ha sido corrompido por la mafia caviar. La coyuntura de la nación obliga a revertir semejante atentado, porque afecta a la misma naturaleza y los propios intereses de 33 millones de ciudadanos de este país. Por ello, esta nación ha llegado a tal grado de descomposición que no resiste un día más en tales circunstancias. La podredumbre es generalizada y necesita ser erradicada de cuajo, si pretendemos acabar con semejante atentado contra la esencia de nuestra sociedad.
Sin embargo, son tan feroces los intereses que hay detrás del statu quo que aquella tarea no solo será ardua y compleja, sino que producirá hondas heridas entre la sociedad. Por tanto, los beneficios de eliminar tamaño escarnio social producirán, a no dudarlo, un renacimiento de la ciudadanía dentro del espacio democrático y del Estado de derecho, al que siempre ha aspirado como sociedad. Basta de gorritis, velabarbas, perezgomez, sánchezvelardes y demás confabuladores que viven de medrar en favor propio y el de su mafia caviar; pero contra el universo de treinta y tres millones de peruanos.
Días atrás, esta columna se ocupó de un proyecto sumamente importante por el objetivo que busca y los pergaminos de la autora que lo presenta. Nos referimos a Gladys Echaíz, exfiscal de la Nación, abogada, empresaria, política y actualmente parlamentaria de la República representando a la agrupación Honor y Democracia.
Echaíz ha elaborado y presentado al Parlamento, para su debate y aprobación, un proyecto de ley para, finalmente, acabar con la dictadura que nos ha impuesto la casta de los caviares, secuestrando el Ministerio Público para, desde allí, disparar dinamita contra los demás poderes del Estado –y el resto de instituciones que lo integran–, extorsionándoles para que acaten los ucases de su inmunda cofradía.
Nos referimos a la creación de una Escuela Nacional de Magistratura, órgano destinado, entre otros objetivos, a acabar con el juego macabro de los caviares para mantener a los jueces en sus cargos, siempre que estos acaten sus ucases; caso contrario serán “evaluados” en “pruebas” que desaprobarán y finalmente serán cesados. Chantaje que crearía una dependencia perpetua de la Judicatura hacia la dictadura caviar. No obstante, constituida la ENM no será posible manipular ni someter de cualquier forma a los togados, en adelante convertidos en magistrados profesionales, asegura la autora del proyecto para instituir la Escuela Nacional de la Magistratura, en reemplazo de la vizcarrista, manipuladora, envilecida Junta Nacional de Justicia (JNJ).
El objetivo de la ENM será reafirmar la competencia profesional de quienes aspiran a ser magistrados –o ya lo son– para contar con una justicia acorde a las demandas de los usuarios; además de reunir el perfil adecuado para el ejercicio del cargo: compromiso con la verdad y con la justicia, ser humanos y entender que están cumpliendo con una de las funciones más importantes de una nación, otorgándole paz y tranquilidad al pueblo, y con ello la posibilidad de que se desarrolle dentro de cualquier modelo de política pública.
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