España: El sanchismo en su hora menguada
Baldazo con agua helada el que ha caído sobre Pedro Sánchez y el Partido Socialista Obrero Español – PSOE que lidera, el último domingo, al perder con látigo en la inmensa mayoría de gobiernos municipales y autonómicos en toda España. La derrota de Sánchez, presidente del Gobierno de España, confirma la ciclicidad de la tenencia del poder por desgaste y por errores, pasando todo el caudal electoral a manos del resucitado Partido Popular y de Vox, también de derecha, que apareció discreto en la política española y poco a poco se fue ganando el espacio que hoy cuenta.
Sánchez, herido, pero no muerto, ha querido mostrar reflejos políticos adelantando las elecciones para el próximo 23 de julio, en la idea de efectuar en ese lapso una suerte de control de daños de los errores cometidos durante su gestión aunada por sus cuestionadas alianzas del pasado como con Podemos, agrupación liderada por Pablo Iglesias, realmente sin pies ni cabeza como para mirar seriamente los destinos que España se merece.
El tiempo es corto y la capacidad para reaccionar con resultados positivos, es muy difícil, por lo que todo parece advertir que la inmensa mayoría de españoles esta vez le daría la oportunidad al conservadurismo y/o a la derecha ibéricas. La decisión de convocar a las elecciones adelantadas ha acabado mortalmente con las Cortes que han sido disueltas por decreto de ayer mismo.
Es un momento políticamente muy malo para Sánchez que va a contracorriente con la inminente asunción de la presidencia del Consejo de la Unión Europea que tendrá España, lo que permite concluir la dominadora práctica del empirismo por parte del gobierno socialista más pegado a las políticas de la inmediatez antes que a las de prospectiva.
Es probable que la campaña política mirando las elecciones adelantadas muestren al PSOE con la estrategia para no votar por el PP antes que en la exposición de propuestas, una típica conducta política de gran parte de las izquierdas europeas y latinoamericanas.
Sánchez ha creído que el adelantamiento de elecciones -no es la primera vez que lo hace- le dará la oportunidad de recuperar los espacios de cancha que ha perdido por goleada; además, está desesperado -es la hora menguada del sanchismo- porque es muy probable que perderá el poder que con tanta suerte conservó por sus movidas electorales, luego de conseguir bajarle la llanta a Mariano Rajoy y al Partido Popular que éste lideró hasta hace 5 años, y que hoy podría retomar, esta vez con Alfredo Núñez Feijóo, el actual líder del PP, que asomaría como próximo inquilino del Palacio de la Moncloa, sede del Gobierno de España.
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