Espinoza: la hipócrita de los tiempos
Hay conceptos que en boca de gente sinvergüenza carecen de toda legitimidad. Hablar de “golpe de Estado” o de “atentado contra la democracia” se han vuelto lugares comunes, recursos retóricos sin ninguna fuerza o credibilidad, pero es más grave cuando lo esgrimen autoridades como mecanismo para conservar el poder. La victimización se ha vuelto un acto refinado de hipocresía, invocan la democracia, pero pervierten el Estado de derecho, irracionalmente, cegados por la codicia.
Es el mismo lenguaje que utiliza un medio activista como La República al afirmar que la reposición de Benavides a la FN es, en la práctica, la captura del MP, cuyo principal objetivo sería afectar el desarrollo de las elecciones 2026. LR se ha transformado en un actor político más, limitándose a tergiversar la información a conveniencia. Ha convertido a una decisión adoptada por la JNJ dentro de un marco de legalidad, en un supuesto intento de golpe. Desafortunadamente, mucha gente le sigue creyendo a la prensa amarilla, se ha perdido toda capacidad de discernimiento.
La resolución que repone a Benavides en el cargo de FN es jurídicamente prístina, no deja espacio a interpretaciones. Al declarar la nulidad de todo lo actuado se restituyen los hechos al estado anterior a la decisión que fue anulada. En consecuencia, el acto que removió a Benavides desaparece jurídicamente y con ello se restablece la situación anterior, es decir su condición de Fiscal de la Nación. Cabe agregar que el Fundamento 47 de la resolución señala expresamente que la Junta restablece la juridicidad quebrantada, reivindica la confianza pública y honra el principio de imparcialidad, valores prescindibles para la cuestionada JNJ que les precedió.
Los abogados que defienden a Espinoza deberían refrescar sus conocimientos de Acto Jurídico. Es absolutamente inaceptable como se manipula el lenguaje legal y se genera una ambigüedad deliberada para engañar a la opinión pública, sustentada en opiniones de abogados del IDL y del suspendido decano Raúl Canelo, cuya gestión está siendo muy cuestionada por turbios manejos de las finanzas del CAL. Canelo terminará mal, se equivocó al unirse al lado incorrecto de la historia.
La restitución no es interpretable, es un mandato clarísimo, sin embargo, Espinoza, absolutamente captada por la mafia caviar que ha criminalizado el MP, asume una posición beligerante y politizada para no dejar el cargo. Un argumento mas que refuerza la desconfianza ciudadana en la administración de justicia y que nos permite comprender porque se cobijan a fiscales como Vela Barba y Pérez, no solo ineptos sino con signos exteriores de riqueza que no pueden justificar. Odebretch barrió el piso con nuestro país y ahí siguen esos dos personajes.
¿Dónde están las promesas de Espinoza al asumir el cargo? Se comprometió públicamente a “restaurar la institucionalidad y reforzar la disciplina interna”, hoy es una caricatura, nada más ridículo que hacer una vigilia con velas blancas, coaccionando al personal de la Fiscalía a apoyarla. Es una autócrata institucional que ha removido a los funcionarios que no se arrodillaron y prefirieron guardar silencio ante su abierta resistencia a la autoridad. Está tan endiosada que se siente con derecho a maltratar a profesionales serios, buscando solo rodearse de gente que la aplauda.
La progresía ha perdido el control del TC, de la JNJ –que tuvo días muy oscuros con Inés Tello y Aldo Vásquez– de la Defensoría y del Congreso. Su espacio de maniobra se ha reducido, el MP es su último bastión para luchar contra sus enemigos políticos en el fangoso terreno del chantaje y la amenaza, manipulando la ley a conveniencia. ¿A cuántos peruanos de valor como Ricardo Briceño, Percy Velarde o Alberto Pasco Font le han desgraciado la vida?
Soy una convencida del karma, tarde o temprano la vida cobra factura. Con fe, ya les llegará su hora a aquellos que tanto daño le han hecho al país.
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