¡Esta historia ya ocurrió en Cuba, Venezuela, Bolivia!
Es muy lamentable que, en medio de una pandemia gestionada de manera infame; de la muerte de 180,000 peruanos como consecuencia de esa mala gestión; y ante unas elecciones que amenazan llevar al Perú a horizontes tan oscuros, el cardenal Carlos Castillo se abocase a necedades. Como hacer jurar a Pedro Castillo, el candidato del comunismo, estando él plenamente convencido de que dicho juramento conlleva tanta validez como alguna moneda de plomo. Tanto que a medio día, Pedro Castillo -jefe del Conare Sutep que integra la agrupación política movadef de sendero luminoso, aparte de postular a la presidencia por Perú Libre, partido político de propiedad del extremista Vladimir Cerrón- juró delante suyo defender un rosario de promesas. Pero, esa misma tarde, abjuraba de todas ellas alegando frente a una multitud callejera que “respetaría” su juramento “siempre que el pueblo me lo pida”! Es decir, hasta que él quiera. ¿Cómo es posible que el representante de la Iglesia Católica peruana hiciese tamaño ridículo, dándole importancia a un disparate y, aparte, brindándole una incoherente solemnidad al pro marxista que, a sabiendas, tenía delante suyo? La única explicación pudiera ser el ansia de protagonismo que invade a quienes ahora gobiernan el clero peruano. Si el cardenal Juan Luis Cipriani hubiese hecho algo similar la izquierda y todos los medios periodísticos corrompidos habrían puesto el grito en el cielo denunciando que la Iglesia Católica no tiene absolutamente nada que hacer en un Estado laico. No obstante, para la “izquierda contemporánea” el cardenal Castillo es un prócer de la sensibilidad social y un prohombre del sistema democrático peruano.
En un país católico –y manipulable como el nuestro- resulta elocuente la influencia de los pastores de la Iglesia. Por tanto, el más beneficiado por ese sainete montado por el cardenal Carlos Castillo es Pedro Castillo. No hace falta especular acerca del objetivo que tuvo su espectáculo. Una grosera manera de inducir al pueblo a votar por quien el clero considera cercano a sus ideas. Por eso le abrió sus puertas, utilizando su influjo ante la gente de buena voluntad. Pero ese influjo sólo viene usándolo la Iglesia para lavarle la cara a quien predica y practica la antítesis de la doctrina Católica.
Apostilla. Muchos peruanos necesitan despertar de una vez de la somnolencia en que están. No sigan de espaldas a la realidad. ¡Esta revolución antes ha ocurrido en Cuba, Venezuela y Bolivia! Allá una parte del pueblo tampoco imaginaba que Castro, Chávez y Ortega la estaba engañando. ¡Cuando lo comprobaron, no hubo forma de retroceder! Acá venimos siendo advertidos una y mil veces de lo que va a suceder si el comunismo gana la segunda vuelta. Para empezar tomará el poder el 28 de julio de 2021 y continuará allí indefinidamente. Ni libertad, ni derechos humanos ni elecciones libres. En Cuba ya lleva más de sesenta años y en Venezuela veintitrés. Amable lector, mueva lo que esté a su alcance para que su vecino comprenda lo que ocurrirá si continúa confiando en un comunista como Pedro Castillo.
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