ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

Estados Unidos y el inicio de su época dorada

Imagen
Fecha Publicación: 20/01/2025 - 21:30
Escucha esta nota

El discurso que pronunció el flamante presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump, luego de su segunda y última juramentación como mandatario, en el Capitolio, sede del Poder Legislativo, el día de ayer, lunes 20 de enero, no debería sorprender a nadie. Gran parte de lo que dijo, lo había anunciado a los cuatro vientos desde sus tiempos de candidato y de presidente electo. Con objetividad, puedo afirmar que es, de lejos, el único presidente estadounidense, en muchísimos años, en cuyas expresiones se refleja claramente la histórica doctrina del Destino Manifiesto, es decir, de aquella verdad fundacional que se encuentra inscrita en la memoria colectiva de cada ciudadano, de lo que denominan la “Gran Nación Americana”. El mensaje profundo y permanente de recordar la referida grandeza del país, lo vimos en esa intensidad y atmósfera política, en George Washington, Abraham Lincoln, Woodrow Wilson y John F. Kennedy. Ojo, que no estoy calificando a Trump como mejor o peor presidente por su discurso, si no, en cambio, me circunscribo, stricto sensu, al rigor con que el contenido de sus palabras, recoge o se acerca fielmente a la referida doctrina del Destino Manifiesto, que es distinto. Así, se lo vio en la asunción del poder, investido de una postura mesiánica, es decir, fue para muchos de los asistentes y seguramente para millones de sus compatriotas que lo siguieron por las redes, el esperado salvador del país más poderoso de la Tierra (hegemón) y al que en todo momento ha referido de manera superlativa a pesar de hallarse –dijo– al borde del abismo, exclamando a cada momento que por ningún motivo dejará que se pierda. Sin duda, salvar la vida del atentado del mes de junio de 2024, para Trump, que fuera confirmado por los presentes puestos al unísono de pie, ha sido la voluntad de Dios, que ha decidido que sobreviva precisamente para cumplir la misión –según también dijo–, de rescatar al país llamado a conducir los destinos de la humanidad. En su invocación permanente a Dios, Trump ha llamado a la unidad nacional y a no dejar que se enseñe a odiar al país y en el país. Como para recuperar el tiempo en que EE.UU. se hizo grande, ha dicho que su país volverá a ser la gran nación industrial del pasado, y que privilegiará la calidad de vida de sus compatriotas decidiendo la elevación de los aranceles para que se traduzcan en mayores ingresos para los estadounidenses. Al tiempo de asegurar el mayor y más poderoso ejército de la Tierra anuncia que se dedicará a forjar la paz en el mundo y no ha dudado en decir que ese será su mayor legado y así ser recordado como el mayor pacificador del globo. En sus palabras no hay límites para lo que hará en los próximos 4 años, pudiendo conquistar Marte, si acaso estuviera en sus manos. Para coronar la doctrina, más que bicentenaria, Trump ha dicho que “la época dorada se ha iniciado”.

(*) Excanciller del Perú e Internacionalista

Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, X, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.