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¿Estamos boyantes como en “el ochenio”?

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Fecha Publicación: 29/06/2025 - 21:10
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Ha levantado revuelo Julio Velarde del BCR, porque al revelar el repunte de los términos de intercambio -TOT por sus siglas en inglés (Terms of Trade)- recordó que fue la marca alcanzada en “el ochenio” de Manuel A. Odría 1948-56; guarismo que compara los precios de nuestras exportaciones: cobre, oro, frutas, con los precios de las importaciones: insumos, maquinaria. No obstante, en plena bonanza de las vacas gordas ninguno de los precandidatos a la presidencia, al mostrar sus galas, osan plantear siquiera, la repetición del escuálido óbolo minero (2006), cuando no, una regalía para mineros formales e informales para combatir la creciente “asimetría tecnológica”.
En el año 1950, exportamos US$ 194 millones -pero, eran otros dólares más dólares los nuestros, “no usaban gomina”- 54% en productos agrícolas (57% algodón, 27% azúcar), 21% productos mineros (33% plomo, 23% cobre, 22% zinc) y 13% de petróleo, que palidecen frente a los US$ 84,000 millones de exportaciones que se proyectan el 2025, mientras que por el lado de las importaciones se situaron en US$ 149 millones y se proyectan US$ 55,000 millones el 2025 (Memorias BCR). Es así que “La Revolución Restauradora: hechos y no palabras”, tocada por el hada de la fortuna, registró un “pico” en los TOT a consecuencia de la Guerra de Corea (25/6/1950-27/7/53) que provocó el alza de los precios de las materias primas, “además de un aumento sostenido en el volumen físico de producción” (Departamento de Comercio EEUU-1951) cuando la población peruana era casi la quinta parte (22.7%) de la actual (34.3 millones).
Asimismo, en la travesía de estos 75 años, la estructura productiva ha variado; mientras la industria se mantiene inmutable bordeando un sexto del PBI (16.5%), en el 2025 la minería ha reemplazado la preponderancia añeja de la agricultura con 14.4%, reduciendo las actividades del campo a 6%, en 1950, sucedía todo lo contrario, la agricultura representaba el 20.5% y el sector minero tan sólo el 6.8%.
El dictador motejado como “El general de la alegría” por su adicción a las farras, aprovechó la bonanza para sembrar cemento a doquier: unidades vecinales, unidades escolares, estadio nacional, hospital Rebagliati, el exministerio de Educación etc., a pesar de eso, obtuvo un superávit fiscal de 1.96% del PBI (1950), y como signo de los tiempos nombró como ministro de Hacienda al patriarca del agro Emilio Guimoye (1891-1988), quien estabilizó la economía (“Un peruano ejemplar” 2023. Luis Gamarra Otero).
En el 2025, con la satanizada Dina Boluarte, el déficit fiscal (anualizado a mayo) es de -2.5% del PBI, aunque, a despecho de sus escándalos, exhibe un verdadero record de inversión pública de 5.2% del PBI. La inflación que en 1948 alcanzó el 30.8% bajó a 12.1% en 1950 y se redujo a 4.7% en 1954. En el 2025 la inflación se sitúa en 1.69% (anualizada a mayo).
Un dato no menor es que el PBI percápita de 1950 era US$ 2,375 (Geary-Kamis 1990.Bruno Seminario) -que es el poder adquisitivo del dólar en los EEUU en 1990- y ahora es por lo menos tres veces mayor. Por ahora, aún no estamos boyantes, puesto que las grandes cifras pasan inasibles por las aduanas, pero, habrá que tener paciencia para escuchar a los que desean sentarse en la silla de Pizarro el 2026, alguna idea coherente, de cómo piensan “surfear” la ola de los mayores TOT.

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