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Estamos gobernados por gente peligrosa

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Fecha Publicación: 27/03/2020 - 22:20
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Cuánto nos hubiera servido esos US$ 1,300 millones que, por orden de dos fiscaletes orates, Vela y Pérez, devolvimos a Odebrecht. Y cuánto nos habría ayudado a evitar el colapso económico nacional que ya amenaza generarnos esta pandemia Covid-19, si oportunamente estos supuestos representantes del Estado hubiesen embargado las entonces multimillonarias cuentas de Odebrecht, Graña y Montero, etc. ¡Algún día la Justicia les enrostrará su temeridad, arrogancia y complicidad llevándolos a la cárcel!

Dicho esto, analicemos el tormentoso panorama que asoma en nuestro firmamento. Según el portal Infobae, “Thomas L. Friedman, una de las voces más lúcidas de los Estados Unidos y tres veces Premio Pulitzer, alertó sobre las consecuencias que sobrevendrían de continuar con la economía cerrada por la pandemia del coronavirus.” Agrega: “¡Esperen un minuto! ¿Qué demonios estamos haciendo a nuestra economía a nuestra próxima generación? ¿Es esta cura, por más corto que sea su tiempo de duración, peor que la enfermedad? (…) “Cerrar el mundo, con consecuencias sociales y financieras potencialmente tremendas, puede ser totalmente irracional.”

Lamentablemente el gobierno Vizcarra actúa de manera irresponsable en el campo de la Salud. Dos ministras expulsadas en dos meses críticos –cuando el coronavirus era una realidad en el planeta– fue una barbaridad. Y reemplazarlas por un filósofo rojo de la medicina para que solvente un problema de magnitudes nucleares –con esa miseria de sistema de Salud que tiene el país– es otra afrenta que Vizcarra deberá agregarle a su desafortunado paso por la presidencia. Pero el problema no sólo es cuestión de vidas y sanidad. Paralizar una nación pobre durante un mes continuo –impidiendo que la gente trabaje, las empresas produzcan y el Estado cobre impuestos– tiene un costo que, probablemente, el Perú no está capacitado para afrontar.
En consecuencia, al problema de la Sanidad hay que sumarle el de la crisis económica que tenemos delante nuestro. No obstante, el gobierno sigue pegando palos de ciego en una coyuntura sobrecogedora. La verdad es que Vizcarra no sabe qué hacer. Este bono de S/ 380 es una granito de arena en el océano Pacífico. Y además, una nueva vía de corrupción. Porque sin contar con estadísticas confiables esos bonos se giran a muertos, inclusive a personas con recursos, sin apuntar en exclusividad a quienes les hace falta.

Además acá no estamos enfrentando correctamente el colapso económico que implica paralizar un mes la mayor parte de nuestras actividades productivas. Estados Unidos ha colocado dos trillones de dólares para paliar este mismo problema. España lo hace con 200,000 millones de euros. Nosotros nos mantenemos en una atroz nebulosa otorgando improvisadamente dinero en efectivo a 3.5 millones de personas que nadie sabe si lo merecen, y/o aprobando medidas insuficentes como ampliar el plazo para presentar la declaración jurada de renta sólo para las micro y pequeñas empresas, dejando en el horno a las medianas y grandes compañías que, justamente, emplean a la mayor parte de la población.

Esta es la consecuencia de ser gobernados por mediocres, incapaces e improvisados. Un precio demasiado alto para un país empobrecido.