¡Están hasta las Pataz!

¡Pendón, me confundí!, quise decir “están hasta las patas”, no solamente refiriéndome al brutal asesinato en Pataz de 13 trabajadores mineros que todas las autoridades y políticos del Ejecutivo y Legislativo conocieron desde que los criminales comenzaron a actuar; también refiero que tales “personalidades públicas”, a pesar de sus excusas con “informes, discursos y promesas”, no actúan real y positivamente para detener la criminalidad que está azotando al pueblo con extorsiones, raptos, intimidaciones con armas y explosivos, asesinatos, robos, hurtos a empresas, trabajadores, viandantes hombres, mujeres, ancianos y niños en calles, establecimientos, vehículos y domicilios. Igualmente, nos referimos a magistrados fiscales y/o jueces (de todos los niveles) que inexplicablemente resuelven dando libertad a delincuentes detenidos por la Policía Nacional por haber cometido delitos y que los pusieron a disposición de fiscales para que formulen la denuncia al juez penal para que los procese judicialmente hasta emitirse la sentencia consentida o ejecutoriada.
Igualmente, están hasta las patas los políticos del Legislativo y Ejecutivo, ministros y funcionarios públicos, que conociendo que las cárceles están sobresaturadas de delincuentes detenidos y/o sentenciados, no presupuestan partidas económicas para la inmediata edificación de nuevos establecimientos penales, los que deben estar en alturas andinas y en cada uno que haya fábricas de productos para los mercados, y que los trabajadores deban ser única y obligatoriamente detenidos y sentenciados; en cada cárcel debe instalarse equipos para impedir que los presos tengan comunicación telefónica y/o por internet con el exterior. Cada cárcel debe estar sumamente segura para impedir la reiterada fuga de internos. El Estado no debe mantener gratuitamente a los encarcelados, ellos deben sufragar su sostenimiento.
También la misma situación ocurre en el Poder Judicial, donde los procesos, no solamente penales, también los civiles, laborales, contencioso-administrativos, etc., se tramitan sin cumplir los plazos procesales que son obligatorios no solo para los justiciables, también para los jueces.
“Estar hasta las patas” significa una situación de completo desorden, caos, situación muy incómoda, también incapacidad, inexperiencia y tristeza. Esto afecta a otros, en este caso al íntegro de la población peruana. Considérese que todos los servidores públicos, que son debidamente remunerados (muchos excelentemente) con los impuestos que paga el íntegro de la población. Todos aportamos con impuestos, hasta cuando compramos lo necesario para subsistir. Por ende, los servidores públicos, electos, nombrados y/o designados en los tres Poderes del Estado, deben cumplir eficiente y oportunamente (sin dilaciones) sus obligaciones. (Constitución: Artículos 39° y 109°).

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