Este año, sin sombrero

Este año, debemos concluir con la farsa del sombrero.

Ya sabemos que cuando tiene citas clandestinas el sombrero es sustituido por una gorra de béisbol o de golf que, para los comunistas, son deportes de elite -especialmente el golf- que practica el imperialismo.

Que no vengan con el famoso cuento de la gobernabilidad por la cual debe existir equilibrio entre el poder político y su capacidad para resolver los problemas sociales del país.

¿Tiene esa capacidad el régimen del sombrero? ¿Alguna duda sobre su incapacidad, grado de corrupción y vocación comunista puede caber luego de 5 meses de gobierno y 87 actos fuera de la ley o de corrupción o de abuso de autoridad?

Y que no vengan tampoco con el cuento del humilde campesino a quien la derecha no deja gobernar. El mejor gobernante del Perú, el Gran Mariscal don Ramón Castilla, se inició ayudando como leñador a su padre en Tarapacá y dejó la estela de un Presidente inteligente, intuitivo, honesto y el primer promotor de la educación en el Perú, convirtiendo a nuestra Patria en una potencia en el Pacífico Sur.

El sombrero ha hecho todo lo contrario en el marco de una Constitución presidencialista que le da enormes poderes precisamente para salvar la gobernabilidad. Y está bien claro que de campesino tiene muy poco y de humilde nada.

Dime con quién andas y te diré quién eres. El sombrero se ha rodeado de senderistas, comunistas y lumpen, salvo honrosas excepciones: es un registro excepcional en la historia del Perú que en el inodoro del secretario general de la Presidencia de la República la Fiscalía haya encontrado nada menos que 20 mil dólares, aunque según el exministro de Defensa, Walter Ayala, esos ahorritos estaban entre la ropa del citado prócer hoy debidamente denunciado por un acto de corrupción cometido sin vergüenza en la casa de todos los peruanos.

Luego de engañar a muchos con el cuento de la nueva Constitución, el sombrero reveló que no hay un texto o un proyecto: se redactará en la Asamblea Constituyente que pretende convocar usando el dinero de todos los peruanos para calcar la Constitución comunista de Cuba.

Por si acaso, el sombrero es Pedro Castillo, quien debe ser vacado de inmediato, por la gobernabilidad, de la Presidencia de la República.

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