A estudiar la Constitución

La Constitución Política es una ley, ¡sí! Pero es la Ley Fundamental, la Ley de Leyes, la Carta Magna. Lo es no solo porque ella misma suele señalar su primacía sobre toda otra norma legal del país. En el caso de nuestra Constitución vigente, la de 1993, su artículo 51 (para mi el artículo en que reposa el edificio constitucional peruano) señala que “La Constitución prevalece sobre toda norma legal...”.

Tal principio de primacía constitucional se explica no solo por la existencia de un sistema de jerarquización normativa, sino por la relevancia del contenido de la Ley de Leyes (derechos fundamentales de la persona, organización del Estado y mecanismos o garantías para que se hagan realidad estos). Por eso es que la Constitución Política tiene una vocación de estabilidad mayor que las demás leyes y su modificación o reforma está sujeta a requisitos especiales mayores a los que se necesitan para cambiar una ley ordinaria o incluso orgánica.
Si bien es un principio básico de Derecho que la ignorancia de la ley no releva de su cumplimiento, lo que vale para toda norma jurídica y supone no sólo que sea publicada sino también conocida a cabalidad, en el caso de la Constitución Política la necesidad de conocerla es aún mayor ya que toda norma debe interpretarse y aplicarse en armonía con ella.

Es por estas razones que en su artículo 14, tercer párrafo, la propia Constitución vigente dispone que su enseñanza es obligatoria en todo el proceso educativo civil o militar (faltó decir policial).

Me ha tocado, sin embargo, comprobar que son pocos los alumnos de educación básica que egresan de ella conociendo siquiera lo elemental en torno a la Constitución y su contenido. Si a ello se agrega que hay quienes consideran que en la educación superior la materia es pertinente solo a la formación de abogados, resulta en una lamentable y extendida carencia de información y cultura constitucional y ciudadana.

Es indudable que la falta de conocimiento sobre la naturaleza y contenido de la Carta Magna, ha sido aprovechado por distintos grupos políticos, sobre todo de extrema izquierda, para tratar de atacar los valores y principios que ella contiene, especialmente aquellos relativos a las libertades políticas, económicas y sociales, para atribuirle a la Constitución problemas y carencias causados por la ineficiencia y corrupción de los poderes ejecutivos nacional, regional y local y plantear el sinsentido de “nueva constitución”, sin siquiera transparentar qué nuevo contenido desean para ella.

Urge entonces conocer, entender y cumplir mejor la Constitución Política que nos rige.

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