Europa ya no es referente: Juegos Olímpicos

Los latinoamericano hemos vivido, durante mas de un siglo, con los ojos puestos en Europa como cuna del desarrollo, respeto, cultura, orden y disciplina; pero ya no lo es. Hoy Europa es esa vieja pituca que se acostó con quien pudo, mantuvo a todos sus amantes y quedó arruinada económica, moral y emocionalmente. Ya no sabe quien es. No se reconoce. Tampoco es dueña de su casa, la ocuparon aquellos a quienes albergó como invitados e impusieron sus reglas y costumbres, hasta obligarla a aceptar sus condiciones.
Las grandes naciones se caracterizan por su sentido del orden, amor a sus tradiciones, respeto a su historia; las cuales a lo largo de los años deben cultivarse, sino corren el riesgo de perder dicha condición. No es posible imaginar a grandes naciones desarrollarse en el desorden, renegando de sus tradiciones, de su historia y sobre todo, dejándose dominar por aquellos que pregonan valores exactamente contrarios a los establecidos por sus padres fundadores.
Eso ocurre hoy en Europa. En esta oportunidad me refiero a los países que los latinoamericanos solemos ver como referentes de todo lo elevado y correcto: política, social y económicamente hablando, pues recordemos que Europa está conformada por 50 países.
Es así como unos países europeos, más que otros, han abrazado la cultura del “todo vale, hago lo que quiero, soy libre, yo merezco respeto, etc.”, y han dejado de lado aquella que veía como prioridad social el bien común, la armonía, el respeto. Hace dos generaciones de europeos, a nadie se le ocurría engañar al Estado para que le paguen sin trabajar, o abusar de los beneficios de ayuda social, sin merecerlos. Hoy, los estados europeos cargan con un exorbitante gasto de subsidios, que se niegan a desaparecer, debido a que la gente que vive de ésto, no lo va a permitir; por eso, votan por quienes les aseguren la continuación del subsidio, en desmedro de oportunidades reales para los jóvenes europeos.
Los Juegos Olímpicos han sido una muestra vívida de ésto.
Puestas en escena de temas aislados que unicamente entendían sus creadores, sin una línea común: escenas grotescas y exageradas de personajes que dicen que emulaban a los griegos, pero que muy poca gente pudo reconocer. Se debió resaltar la inclusión a los colectivos minoritarios con respeto y moderación, de ninguna manera estigmatizarlos disfrazándolos como se hizo.
Resultado: lugareños y extraños se sintieron ofendidos, así como también totalmente desconectados del mensaje que pretendió, y no logró transmitir Francia, en su condición de anfitrión de tan esperado evento.

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