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¿Evaluación por competencias o tradicional?

Fecha Publicación: 01/03/2019 - 21:30
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Sigo poniendo atención sobre la actuación del ministro de Educación y considero que aún está muy distante de aterrizar en el punto indicado de la calidad y solidez educativa que requiere nuestro sistema, no solo en la educación básica regular, sino también, en el sistema de educación superior.

O Daniel Alfaro (economista) desconoce la realidad de la educación y la participación de sus actores (estudiantes, docentes, administrativos y padres de familia) o simplemente, sigue improvisando, como hizo con la propuesta de calificación por letras en el nivel secundario. Acaba de informar que en adelante se empezará a evaluar a los estudiantes mediante el sistema por competencias.

Decía Magaly Ruiz, experta en internacionalización de competencias educativas, que “la evaluación por competencias además de evaluar los conocimientos adquiridos busca observar el nivel de dominio alcanzado en la adquisición y desarrollo de determinada competencia”.

Es decir, no basta tener un nivel adecuado de competencias para lograr el desempeño deseado; se requiere de elementos, instrumentos y variables para valorar el desempeño final. ¿El Minedu nos puede garantizar esto?

Sabemos que la implementación del currículum por competencias enfrenta serias limitaciones; los encargados de su implementación no fueron formados bajo este enfoque y las capacitaciones que se realizan para implementarlo son insuficientes o poco prácticas. Lo dicen muchos actores, especialmente, docentes.

El Gobierno propone migrar de una evaluación tradicional donde los parámetros son establecidos por el docente a una evaluación por competencias teniendo como referencia, entre otros, la búsqueda del grado de desarrollo del alumno en sus tres dimensiones: afectivo-motivacional, cognoscitivo y actuacional.

Si bien es cierto, lo que sostenía T. Tenbrink que “la evaluación es el proceso de obtención de información y de su uso para formular juicios que a su vez se utilizarán para tomar decisiones”, ello está en una etapa de desfase. El tiempo ha cambiado, como también han cambiado los procesos de evaluación, sus herramientas e instrumentos.

Ahora no solo se evalúa al alumno, también a todo el proceso de enseñanza-aprendizaje y a todos sus actores involucrados: estudiantes, docentes, padres de familia, etc.

Hay que ir más allá de lo que proponía Borjas cuando se refería a la coevaluación. También cuenta la autoevaluación y la heteroevaluación (desde afuera). A ello sumemos el recurso más importante en este proceso, el uso de la rúbrica para la evaluación (holística, analítica, de exposición oral, etc.). Esto sería materia de otra reflexión.

No sigamos cayendo en facilismos ni improvisaciones. Lo de los uniformes dejémoslo a Camacho, poderosa industria europea dedicada a su diseño y fabricación como los kimonos o ropas planas. Los uniformes escolares son una característica de la mayoría en el mundo. ¡Y las evaluaciones van más allá de ello, señor ministro!

HERLESS CARRIÓN PORTILLA / Periodista de investigación y docente universitario