Expoalimentaria: Diversidad que conquista el mundo

La Expoalimentaria 2025 culminó con rotundo éxito, consolidándose como la principal plataforma de alimentos y bebidas en América Latina y reafirmando al Perú como un socio confiable y diverso en la oferta mundial de alimentos. Nuestro país no se limita a arándanos, paltas, uvas o café; su portafolio exportable es mucho más amplio y tiene presencia en cada una de nuestras regiones.
Cada stand y pabellón fueron reflejo de esa riqueza. Desde frutas frescas y hortalizas de la Costa, granos andinos de la Sierra, hasta cacao, café y aceites amazónicos de la Selva. A esta diversidad se sumó el Pisco, emblema nacional, que avanza con paso firme en su internacionalización hacia mercados premium.
El destilado peruano mostró toda su diversidad: Mosto Verde Italia, Puro Italia, Puro Quebranta, Acholado, además de innovaciones que cautivaron a los visitantes, como cremas de pisco con chirimoya, café, mango y algarrobina. También se presentaron vinos elaborados con uvas patrimoniales, prueba de que tradición e innovación pueden caminar juntas.
Su potencial gastronómico quedó demostrado en múltiples experiencias. Una empresa de San Martín, por ejemplo, incorporó pisco en salsas con cocona, ají charapita, culantro, huacatay, kion, ajo y otros vegetales, logrando propuestas de alto valor agregado. El mensaje fue claro: el Pisco no solo se bebe, también se come y enriquece la cocina moderna.
La Sierra brilló con fuerza. Junín llegó con seis empresas que concretaron más de 50 citas de negocio. Su oferta incluyó lácteos, miel, jengibre, cúrcuma y café. Destacó Samyel Coffee, de la provincia de San Ramón, con un café 100% orgánico procesado con técnica honey, que le otorga un dulzor natural muy valorado por compradores internacionales.
La Selva, por su parte, ratificó por qué posee una de las canastas más ricas y variadas del país. Empresas de San Martín presentaron cacao, cafés, extracto de vainilla, miel, sacha inchi, cúrcuma, aceites de aguaje y copaiba, entre otros. Cada producto refleja salud, sabor y sostenibilidad.
Entre las novedades destacó la sal rosada de Pilluana, única en el país por su origen volcánico. Sus presentaciones gourmet y su carácter natural atrajeron la atención de compradores internacionales. Igual de interesante fue el macambo, pariente cercano del cacao, que se perfila como insumo innovador para chocolates y snacks saludables.
Todo esto confirma que la Expoalimentaria es mucho más que una feria: es una vitrina internacional de innovación y tradición. Cada producto lleva historia, identidad y rostro humano, pues detrás de cada stand hay productores, cooperativas y familias que mejoran su entorno a través de la exportación.
En ese escenario, la descentralización deja de ser un discurso y se convierte es hecho tangible. El impacto trasciende lo económico: cada producto que cruza fronteras genera empleo formal, impulsa cadenas de valor, estimula la innovación y refuerza el orgullo de nuestras comunidades.
Para sostener este camino de éxito, resultan fundamentales los proyectos de irrigación en marcha, la nueva Ley Agraria, la apertura sanitaria y comercial, y el fortalecimiento de las capacidades en todas las cadenas productivas. El Estado y el sector privado debemos seguir trabajando juntos para potenciar estas ventajas y contribuir a mejorar el bienestar de más peruanos.

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